Condicional e incertidumbre
En una charla hace un tiempo critiqué que no se usase el condicional en titulares tales como
en el que se da noticia de los resultados de una encuesta (el barómetro del CIS). Porque una cosa es que un partido gane las elecciones y otra que las ganaría si se diesen una serie de circunstancias: entre otras, la fundamental, que las hubiera (el resto tienen que ver con la incertidumbre asociada a las encuestas, etc.).
Alguien protestó. Díjome que el uso del condicional estaba prohibido en prensa. Quiero pensar que no se refería a todos los usos sino a los afectados por mi ejemplo. Curiosamente, el artículo lo anterior titula arranca así:
La candidatura del Partido Popular a la Comunidad de Madrid, encabezada por Cristina Cifuentes, obtendría 48 o 49 escaños (34% de los votos) en el parlamento regional.
¿Qué tendrá de malo el condicional? ¿De dónde ese afán por las falsas certezas? ¿Cómo sin el condicional expresar la contrafactualidad de “si estudiases, aprobarías” o “si hubiese elecciones mañana y el barómetro del CIS no errase como yerran tantas encuestas, el PP ganaría las elecciones”?
De hecho, el manual de estilo de El País solo se opone a un uso del condicional (sección 12.37), el llamado condicional de rumor, por dos motivos:
- por ser un galicismo
- porque los rumores no deberían tener cabida en un medio serio.
El prohibido es, por ejemplo,
que viene a decir que el medio no tiene constancia de ninguna fuente fidedigna que avale la noticia, pero que el río suena.
Pero, imagino, algún talibán del indicativo filtra los titulares y castra el idioma. Personalmente, pienso que una actualización de la probabilidad de ocurrencia de un suceso futuro e incierto es perfectamente noticiable. Y que en estos contextos, el condicional es menos engañoso que el indicativo.