Día mundial de la estadística
Hoy día 20 de octubre celebramos el segundo día mundial de la estadística. También es el día mundial del chef, supongo que por casualidad.
Ambas, la de estadístico y la de chef, son profesiones que es preferible que no se noten. Cuando cobran algo de relevancia, malo. Supongo que por eso es necesario dedicar un día a quienes las practican.
El que un chef se equivoque puede ser enojoso: se sonroja el camarero, hay que devolver el plato a la cocina y muchos temen que le pase algo cochino por el camino. Pero, ¿cuando es la estadística la que está torcida (o, tal vez, demasiado cocinada)?
Un ejemplo de lo anterior es el lastimoso espectáculo ofrecido por la agencia estadística griega: una de las condiciones impuestas por la Unión Europea y el FMI fue establecer una institución estadística independiente. Al frente de ella colocaron a Andreas Georgiou, doctor en economía con experiencia de trabajo en el FMI. Su tarea consistía en enmendar los errores (voluntarios o involuntarios) de sus predecesores y seguir a rajatabla las directrices de Eurostat a la hora de calcular aquellos indicadores esenciales para seguir la evolución de la economía griega.
Y parece que Georgiou no lo ha tenido fácil. El Financial Times publicó recientemente un artículo sobre los problemas a los que ha tenido que enfrentarse, incluidos ataques a su propio ordenador, la oposición del sindicato de trabajadores de la agencia, etc.
Por eso, desde estas páginas quiero felicitar a los estadísticos, como Georgiou, que se enfrentan a quienes ven en el rigor un enemigo para sus intereses cortoplacistas.
Y a los chefs, claro.