Jugar empobrece
Fumar mata. Cien gramos de barritas de cereales (cuatro unidades) contienen 0.2 gramos de sodio. Y unos carteles amarillos indican que hay que tener cuidado al pisar porque acaban de fregar el suelo. El estado quiere que dejemos de fumar, tengamos una dieta sana y no nos descalabremos.
Pero, ¿por qué no se etiquetan de igual manera las máquinas tragaperras? Un reciente artículo en Significance especula sobre la manera en que poder transmitir información sobre la peligrosidad de estos dispositivos a sus —tristes— usuarios. Porque, curiosamente, así como con la ruleta y otros juegos de azar es posible calcular las probabilidades involucradas, las máquinas tragaperras con particularmente opacas.
Se ve que las probabilidades de obtener los distintos premios en Australia, según el autor, son
por lo que, calculando el número de veces que es posible jugar en una hora, plantea el uso de etiquetas con información similar a la contenida en la siguiente tabla:
Supongo que estos números conmoverían muy poco al ludópata mendicante de mi barrio. Pero convengo con el autor en que podrían ser útiles. Y quién sabe si contribuirían a la alfabetización numérica del país.