Repensando la tiranía de la anarquía

Tener y cumplir reglas te puede hacer libre. La falta de reglas o su incumplimiento puede restringir tu libertad. Mi ejemplo favorito es el de las escaleras mecánicas del metro. En muchas ciudades opera y se cumple una regla no siempre escrita: si quieres permanecer quieto, quédate en el lado derecho y deja el lado izquierdo para quienes quieran subir más aprisa. Esa regla (o costumbre) te permite optar: lado derecho y no caminar; lado izquierdo y avanzar más rápido.

En otros sistemas no opera ninguna regla de ese tipo. El resultado suele ser que no tienes otra opción que dejar que la escalera te suba, tengas prisa o no.

Ahora, el resultado de un experimento reciente viene a poner en cuestión la anterior manera de entender esa dimensión de la vida que es ascender por las escaleras mecánicas.

escaleras_mecanicas

Del estudio parece deducirse, en lectura rápida, que es mejor evitar la norma de las dos filas. El número de viajeros por minuto que suben las escaleras crece (en situaciones de aglomeración) cuando ambas filas están enteramente ocupadas por individuos que no caminan. No obstante, el estudio parece haberse realizado en un tramo un tanto especial: es muy largo y, por lo tanto, hay un número muy pequeño de viajeros que tienen el incentivo (¡y la forma física necesaria!) para caminar.

Así que las preguntas que plantea el estudio son:

  • ¿Se obtendrían los mismos resultados en tramos más cortos?
  • ¿Se perdería eficiencia global si los resultados obtenidos en tramos muy largos se extrapolasen a todos?