La democracia no representativa no es representativa
En estadística, una muestra representativa tiene que contener las características relevantes de la población en las mismas proporciones en que están incluidas en tal población (referencia).
En estos tiempos, se están poniendo de moda alternativas a la muy tradicional democracia representativa que, en contraposición a ella, no aspiran a serlo. Y su principal problema radica, precisamente, en que no lo son.
Lo anterior no es más que una opinión: es la constatación de un hecho. Esta semana pasada, en aras de una versión más directa y asamblearia de la democracia, ha habido en mi barrio un par de eventos en los que en presencia de la alcaldesa de Madrid el uno y del concejal de mi distrito el otro, se han tratado temas que me interesan directamente. Pero, oh, fatalidad, a la hora en que yo (y muchos otros) estamos lejos y ocupados ganándonos el pan.
De las noticias indirectas que he tenido de ambos he aprendido, fundamentalmente, cómo los asistentes no son sino una muestra sesgada de mis convecinos. Igual que no merece la pena perder el tiempo analizando los resultados de una encuesta con un muestreo defectuoso,… (y hasta aquí me apetece escribir sobre el tema).