Es imposible enseñar nada a alguien cuyo sueldo depende de no aprender
O algo así reza una cita que no ubico. Viene a cuento de un artículo que se acaba de publicar en Nature, A manifesto for reproducible science, que se resume así:
- Los científicos son gente extraordinaria que persigue honrada y abnegadamente el ensanchamiento del saber humano.
- No obstante, están produciendo toneladas de mierda.
- Pero no lo hacen consciente o malintencionadamente; lo hacen porque no saben.
- Si se equivocan, además, es por culpa de la sociedad, que los incentiva torcidamente.
- Si los científicos se toman la molestia de aplicar una serie de medidas que propone el artículo, producirán menos mierda.
El problema es que la ciencia se paga como la ropa vieja: al peso. Dígase lo que se quiera, pero luego, lo que ufana a científicos, universidades, centros de investigación e, incluso, países, es el número bruto de artículos publicados: de ellos dependen trienios, sexenios, anecas, proyectos, becas, rankings y demás.
(Convengo: los autores hablan también de incentivos; pero tal vez deberían hablar fundamentalmente de incentivos).
La ciencia es un bicho gordo que se alimenta de dinero de los contribuyentes y defeca fraude, resultados que nadie puede reproducir, o irrelevancias. Pero no me preocupa demasiado: que con su pan se lo coman.
Me preocupa mucho más que lo que el artículo cuenta se traslada fácilmente a la economía real, a los productos y proyectos de las empresas, a los estudios de consultoría, a los modelos que desarrollan los científicos de datos. Y si la crisis de reproducibilidad en ciencia es seria (aunque peor sea la crisis de relevancia y nadie habla de ella), donde al menos hay revisores, los resultados son públicos y hay incluso quienes se toman la molestia en indagar lo que de verdad puedan contener, ¿cómo de grande creéis que será en la ciencia de datos que se hace a puerta cerrada?
Los incentivos son los mismos: obtener resultados que, al menos sobre la PPT, parezcan guays. Con eso basta para extender facturas. Pero que termine funcionando o no en producción, ¿qué más da?, ¿a quién le importa verdaderamente?
La ciencia tiene un grave problema de relevancia. También de reproducibilidad. Pero ninguno de los dos son exclusivos de ella: los incentivos en la empresa son igual de perniciosos. Y eso nos afecta como contribuyentes y como accionistas.