Dudas ¿razonables? que me asaltan
Casi siempre que leo artículos como La pobreza severa baja en España pero la desigualdad no se corrige en que se habla de pobreza, renta, deciles y demás, me asaltan siempre las mismas dudas que no sé si razonables o no. Sobre todo cuando enfatizan la situación de los deciles más extremos.
Porque nací en un barrio popular, vivo en otro y tengo más conocidos en Entrevías que en Puerta de Hierro. Y sé de quienes viven de dar palos en camiones, de quienes trapichean con todo tipo de sustancias, de quienes compran aquí y venden allá al tacataca, de los que tienen beca pa’tó y, además, un patinete eléctrico para cada churrumbel, etc. Imagino que en algún sitio morarán los y las meretrices que pueblan la noche madrileña y, en definitiva, los beneficiarios de un buen pedazo de ese 20% de la economía que se estima sumergida.
Las cifras sobre renta basadas en la EPA debieran tener en cuenta, por ejemplo, que no contienen otra cosa que el salario del empleo principal expresado en forma de deciles. Que puede ser representativo para esa familia de clase media que todos tenemos en la cabeza, pero que resulte engañoso en los extremos. Si se basan en la encuesta de condiciones de vida, basta con echarle un vistazo a los cuestionarios para entender quiénes y en qué sentido y medida tienen el máximo incentivo para no decir la verdad. Además, obviamente, todo lo basado en registros administrativos solo refleja la actividad económica legal.
Por eso, siempre me pregunto: ¿en qué cuantil de renta dizque caerán? ¿Se tendrán en cuenta los ingresos legales a la hora de tabular? ¿Tengo, como consecuencia, motivos para ejercer sanamente el escepticismo? Y, sobre todo, ¿hasta qué punto invalida las ocurrencias basadas en tales indicadores?