Mismo trabajo, nosequé cosa

Hoy han surgido tuits reclamando que a mismo trabajo correspondiesen yo qué sé que cosas estupendas. Razonaré que son peticiones propias de quienes ignoran de qué va el mundo.

Los estadísticos nos encargamos de decir NO razonadamente. Analizamos ocurrencias de otros y decimos: pues mira, NO, lo que crees señal es solo ruido. A eso se reduce (casi, lo admito) todo.

El ruido aparece por todas partes. Habitualmente, como efecto de variables no observadas. Aplicando una definición lata de variable no observada, siempre. Aunque por deslindar, frecuentemente se atribuye ruido imprecisión en la medida de los fenómenos de interés.

Hay fenómenos, como temperaturas, presiones, potencias o paralajes, fáciles de medir y de error acotado por las características técnicas del dispositivo de medida.

Pero, ¿el trabajo? ¿Cómo se mide el trabajo? Si te apeas de la metafísica, miras alrededor y tratas de cuantificar y medir no el sino un trabajo, verás que está sujeto a tal cantidad de casos que condenan a cualquier intento de ensayo de establecer baremos al mismo baúl de los trastos que aquel benemérito sistema político que lo tenía por pilar fundamental.

Termino con un caso real. Cuatro personas trabajan en un problema durante un mes sin llegar a nada. Llaman a un consultor externo con ideas nuevas y ducho en maneras laterales de pensar. Lo resuelve en dos días. ¿Quién ha desarrollado más trabajo (asumiendo que eso tiene sentido)? ¿Cuál debiera ser la justa remuneración del consultor externo bajo el bienintencionado aunque pueril criterio de mismo trabajo, misma remuneración?