Antropocentrismo cansino
Es muy cansino. No hay debate sobre big data, inteligencia artificial o similar en el que no pase: de repente lo captura alguien (con pinta de no haber tirado una maldita línea de código en la vida) llevándoselo al tema con el que asustan a las porteras: ¡oh, oh, oh, la protección de datos!, ¡la nueva normativa europea! Que si Facebook sabe lo que hiciste, que si Google conoce tus amigos, que si…
Y ya no se habla de nada más: los lugares comunes y los argumentos remanidos lo llenan todo.
El tema aburre. Si en una jurisdicción no se permite hacer algo, pues no se hará; o lo harán solo facinerosos; o se hará en otras jurisdicciones (¿asistiremos a algún tipo de arbitraje legal en este contexto? ¿a deslocalizaciones?). En el medio plazo, la normativa acabará ajustándose a los intereses del mejor postor, como sucede en toda industria, lugar y tiempo y ya. Las voluntades de quienes expresan remilgos están tan a la venta como las de todos los demás. La cosa no tiene mucha más ciencia.
Recuérdese que muchos de nosotros, que trabajamos no con personas (sujetos de derechos a privacidad, etc.), sino con máquinas, kilovatios, insectos, bichos, etc. que ni están ni estarán sujetos a todo ese blablablá jurídico que solo habrá de servir para dejar las cosas tal cual estaban y dar de esquiar a hordas de abogados modernillos.
Ojalá en la próxima mesa redonda podamos hablar más de ruedas y menos de palos.