Causalidad: malo lo uno, pero tampoco bueno lo otro

Leo en Las causalidades en Economía a Manuel Alejandro Hidalgo dignándose a dar réplica al panfletillo Curva de Laffer: Montoro bajó por fin el IRPF… y recaudó un 6% más.

El último no cuenta apenas más que lo que anuncia en su titulo. El primero quiere enmendarle la plana, pero al hacerlo escribe frases tan chirriantes como:

Insinuar que gracias a la bajada del IRPF por Cristóbal Montoro los ingresos por este tributo se incrementaron en un 6,5% exige, cuando menos, un Trabajo Fin de Máster y de los buenos. Exige muchas semanas de trabajo y mucha econometría, por no decir que exige de un modelo de tu economía que te ayude a manejar de un modo ordenado las ideas, las relaciones causales.

Muchas semanas de trabajo, mucha econometría, etc. producirán, a lo sumo, eso: un trabajo de fin de máster. O algo publicable. Algo académico. Pero sobre datos observacionales de esa naturaleza, absolutamente cero relaciones causales.

Nunca se van a encontrar relaciones causales sin modificar únicamente aquella posible causa y medir, medir y medir efectos durante el tiempo (o el número de repeticiones) suficiente para detectar el efecto. No es producto de magia academicista (sea blanca o negra), no es el producto de taumaturgos investidos de econométricos poderes. Sugerir siquiera que de la observación de un caso, del caso en cuestión, pudieran obtenerse, aunque hipotéticamente, relaciones causales, es irresponsable.

Coda

Este asunto me interesa particularmente porque en nuestra empresa, Circiter, estamos desarrollando un sistema de optimización de precios. Ahí sí que buscamos relaciones necesarias entre tarifas y cifras de ventas. Queremos medir el tipo de relaciones causales a las que se refieren los dos artículos anteriores aunque en otro contexto. Y conociendo el percal, nos parecen tan disparatadas las aseveraciones del tirio como la del troyano. Cada una en su estilo, por supuesto.