La falacia del fiscal: la/mi mejor explicación para profanos hasta la fecha
Leyendo The Tiger That Isn’t di con una manera alternativa para explicar la llamada falacia del fiscal de la que ya me he ocupado aquí y aquí.
Relata lo ocurrido en un pueblo inglés en el que una noche, unos vecinos (presuntamente), descendientes sin duda de aquellos campesinos búlgaros que huían de la vacuna, echaron abajo una antena de telefonía móvil que tenía al pueblo en vilo (la historia, aquí). Porque, resulta, alrededor de ella se habían dado recientemente n
casos de cáncer: aquello era un clúster de cáncer. Y puestos a buscar culpables, ¿por qué no el electromagnetismo?
Dicen los autores del libro: coge un puñado de arroz y tíralo en el suelo (¿de un cuarto pequeño y despejado?); verás cómo aparecen zonas donde parecen aglomerarse los granos y otras que parecen vacías. Se crean clústers, sí, aun cuando la distribución es aleatoria (con una distribución no muy distinta de la uniforme).
Regresemos a la aldea donde Maxwell es ciudadano non grato. Puede que ahí se haya aparecido uno de esos aparentes clústers de las distribuciones aleatorias. Puede que, estadística en mano, sea tremendamente improbable que justo ahí se produzca una aglomeración de casos. ¡Pero, ah, es también altamente improbable que no se produzca una aglomeración de casos en ningún sitio! El fiscal falaz dice: he aquí un hecho altamente improbable, por lo que no es casual. Y la plebe responde: soltemos a Barrabás y a tomar por culo la antena.
Pero para condenar a la antena (y remito a mis entradas anteriores para los detalles matemáticos) hacen falta dos cosas: el cuerpo del delito (i.e., el clúster de cáncer) y (en negrita) evidencia de que la antena tuvo algo que ver. Para lo cual, bastaría con analizar todos los sitios donde hay antenas y no se aglomeran los casos de cáncer, digo yo.
Nota de color: Uno de los mayores expertos en los riesgos de estas antenas en la salud, convidado en todos los foros al respecto de Ecologistas en Acción, ciudadanos de Segovia asustados por el 5G y similares resulta ser no solo profesor emérito de una universidad pública sino, además, mi vecino del sexto.
Otra nota: No son solo los cánceres los que se aglomeran en el espacio; también pueden hacerlo las muertes súbitas de bebés o las muertes de pacientes en observación. O también pueden aparcer clústeres temporales, como los de los fallecimientos de fiscales que investigan casos de corrupción del PP o de famosos en 2016.
Nota final: Pero, ¡ay!, John Snow (el otro John Snow será siempre el otro John Snow en este blog) hizo lo mismo y ahora es considerado un pionero de la epidemiología.