Siete años después, dejo la presidencia de la Comunidad R Hispano
Eso, que dejo la comunidad de la Comunidad R Hispano. Ocho años después, que ya son. La noticia, en todo caso, no es tanto que abandone la presidencia sino las circunstancias que me condujeron a ella. Noticias viejas, pero noticias al fin y al cabo, que sirven para entender por qué lo fui entonces y por qué dejo de serlo ahora.
La Comunidad R Hispano (por qué se llama así y no, como habría sido natural, Asociación Española de Usuarios de R, es una larga historia que tal vez cuente algún día) se fundó en Madrid hace ocho años en el seno de las III Jornadas de Usuarios de R (a todo esto, esa página la hice yo en html
puro y con vi
como editor), cuando la comunidad (informal) de usuarios de R ya llevaba un tiempo desarrollando actividades.
La primera de todas había sido la creación de una lista de correo de ayuda en R en Español, r-help-es
. La creamos una persona que no quiere ser identificada y yo mismo. En esa época existían diversas listas de correo (sí, era la época en la que existían listas de correo y no grupos de Telegram o similares), típicamente universitarias, y nuestra campaña publicitaria consistió en mandar mensajes a todas ellas diciendo que en la nuestra estaban todos menos ellos.
Aquello fue en primavera de 2009 (aquí están los primeros mensajes de la lista) y en diciembre de aquel año, gracias a gente de la Universidad de Murcia organizamos las primeras jornadas de usuarios de R. El motivo por el que se hacen en invierno es, precisamente, que en Murcia tenían un dinero (no recuerdo si 4000 u 8000 euros) que tenían que consumir en aquel ejercicio fiscal so pena de perderlo y las organizamos a matacaballo y al filo casi de la navidad.
En esa ocasión ya se trató el tema de crear una organización más o menos formal que se hiciese cargo de, entre otras cosas, organizar las jornadas (y, en general, fomentar el conocimiento y uso de R en los sus tres ámbitos naturales: formación, investigación y empresas). Pero la cosa se demoró porque las siguientes jornadas, las de Mieres, también fueron organizadas por una institución, la Universidad de Oviedo en ese caso, que se hizo cargo de todo lo necesario.
Pero en las siguientes jornadas, las de Madrid, se hizo clara la necesidad de contar con una organización legal. En esas jornadas contamos con el ofrecimiento de la Escuela de Organización Industrial, que nos cedió espacios, pero todo las demás tareas recayeron sobre los hombros de unos cuantos voluntarios. Y entre ellas, la de la gestión del dinero. Nunca fue mucho, pero resultaba antiestético gestionarlo desde las cuentas privadas de alguno de nosotros. Parecerá ridículo, pero el poder contar con una cuenta bancaria con la que poder gestionar los ingresos y gastos asociados a la organización de unas jornadas el motivo más determinante para constituir una asociación con todas las de la ley.
Fue en una charla que di unos meses antes en la Complutense, invitado por Gregorio Serrano, que oí (de él) que se me mencionaba como presidenciable de la futura asociación. Me pareció raro porque no soy el tipo con las habilidades sociales necesarias para una tarea de esa naturaleza; además, tengo opiniones muy particulares y no compartidas por amplias mayorías sobre muchos temas. Por lo que pensé en negarme; pero luego comenzó a interesarme la idea. Fundamentalmente, por el siguiente motivo: entre la gente que entonces conformábamos la comunidad, yo era el único que no pertenecía al ámbito universitario. Si el presidente no era yo, lo sería un profesor de vaya uno a saber dónde. Yo era el candidato que habrían votado aquellos que trabajaban en el sector privado, no usaban R, pero acabarían usándolo. Yo era el bicho raro, la oveja negra, el subversor. Y ese papel sí que podía asumirlo naturalmente.
Por eso lo fui finalmente. Y, en gran medida, por eso dejo de serlo ahora.
Sobre la primera charla que de las primeras jornadas de R que existieron escribí en 2009 lo siguiente:
La primera ponencia, de Manuel Muñoz Márquez, trató acerca de la implantación de R y su tendencia en la universidad. Los datos procedían de una encuesta realizada en departamentos (o áreas departamentales) universitarios de estadística y cubría aspectos sobre el grado de uso de R en investigación, docencia, etc. y sobre la existencia de planes de migración más o menos oficiales. Habría sido interesante el haberla podido contrastar con datos de tan sólo 3 o 4 años de antigüedad para tener una visión más clara de la tendencia.
Pero emergió un claro patrón de avance: a pesar de ciertas reticencias de uso en docencia (habría que reelaborar cursos y prácticas, claro) y la falta de planes coordinados y oficiales de migración, el uso de R progresa muy claramente en investigación y atrae especialmente al personal más joven. R penetra en la pirámide jerárquica de la universidad por su base y la tendencia, por tanto, es de extensión en su uso. Aunque no cabe tanto una revolución sino una evolución en su grado de penetración. Esta tendencia puede verse acelerada por la nueva política de licencias (y su precio) de SPSS, el viejo monopolizador del negocio del software estadístico en la universidad.
Existen iniciativas, emergió en la ronda de preguntas, para que, igual que los ingenieros saben (realmente) y se los obliga a saber usar Matlab, a los estadísticos se los obligue también a saber realmente R al término de sus estudios.
Que viene a decir: R se usaba entonces solo en la universidad… y poco. Fue en esa época que nos tumbaron (yo estaba en everis) una propuesta que hicimos en el Banco de Santander porque queríamos usar R y, según aquella gente, esa era una herramienta universitaria.
Actualmente la situación ha cambiado radicalmente. No tiene apenas que ver con la de entonces y R está establecido y muy bien establecido en todos los ámbitos en los que debe estar. Queda trabajo por hacer, pero es otro, es distinto y está bien que lo lideren otras personas tal vez con más y mejores ideas, con más y mejor disposición.
Y yo doy las gracias a todos que pasaron por la junta de la asociación, a todos los organizadores y coorganizadores de las diez jornadas de R que llevamos organizadas y a todos los que han contribuido a las labores de la Comunidad R Hispano durante todos estos años.
Nota: he tratado de no mencionar nombres concretos en todo lo anterior por el temor a incurrir en vergonzantes omisiones. Los innombrados saben quiénes son y que cuentan con todo mi agradecimiento.
Nota: En aquella época me entretuve en escribir resúmenes de las jornadas a las que asistí como este de las primeras o esta, de las segundas.
Nota final: Le deseo mucha suerte a quien quiera que sea mi sucesor. Que aún no se conoce porque estamos en pleno proceso de votaciones.