Aprender deprisa, aprender despacio
Aviso: hoy incursiono en el minado campo de la sicología pop. Seguramente todo lo que escriba sea mentira, esté superadísimo o las dos cosas a la vez.
La entrada debe y bebe de un libro archiconocido. Si no lo has leído, no sé a qué esperas.
La entrada está motivada por otro libro que estoy leyendo, The Case Against Education, del que sospecho:
- que dice la verdad en cada párrafo
- para armar un argumento global falso.
Allá voy.
Aprender se hace en dos modos, el rápido y el lento. Análogos a los de pensar: el lento requiere más concentración y esfuerzo, el rápido es casi automático y llevadero.
En el lento construimos estanterías mentales, nuevas dimensiones, celdillas donde colocar conocimientos. En el rápido simplemente ubicamos nuevos objetos baldas preexistentes. (O aplicamos lo de Porfirio: género próximo y diferencia específica, que viene a ser, en términos de sistemas de control de versiones, en un diff
sobre algo prexistente.)
Crear celdillas es lento y requiere mucho esfuerzo. P.e., en su día, para mí, la teoría de la medida fue un parto; pero luego, casi toda la teoría de la probabilidad fue un corolario. Podría extenderme con el primer lenguaje de programación, o el álgebra lineal, o…
Ahora casi solo aprendo de la manera rápida. Solo esporádicamente me tropiezo con algo enteramente nuevo y sorprendente que me obliga a ponerme en tesitura de aprendizaje lento. Pero hubo una época en que ocurría al revés, en la que la mayor parte del aprendizaje era lento. Y se llamó bachillerato, universidad o, si se quiere, educación formal.
Que es en la que Caplan encuentra pocas virtudes y tal.
Nota: Alguien citará expresiones (muy manidas) del tipo aprender a aprender o aprender a pensar. Siempre me han dejado frío, me han parecido significantes vacíos esgrimidos por gente que pretendía estar haciéndome un favor cuando en realidad quería que se lo hiciese yo a él. Pero igual lo que he escrito tiene que ver con eso.
Otra nota: Supongo que trayectorias educativas distintas construyen estructuras mentales distintas. Igual la diversidad que dicen tan enriquecedora tiene más que ver con esas estructuras inobservables que de otras categorías que diferencian a las personas incluso de lejos. Hablo obviamente de las que no puedo hablar.
Nota final: Lo anterior podría extenderse para crear un argumento en pro de la educación generalista y contra la hiperespecialización. Es tan evidente que lo omito.