¿En primavera? ¿En serio? Ni de coña
Hubo un tiempo en el que había que hacer caso a Aristóteles. Era lo que se esperaba de toda persona culta de la época. Así que, supongo, o te fiabas de lo que ven tus propios ojos o dabas por bueno que las mujeres tenían menos dientes.
Hoy nos piden que hagamos caso de nuestras autoridades sanitarias. Incluso, supongo, cuando dicen que el periodo más bajo de mortalidad en España ocurre en primavera (fuente).
[El vídeo arranca en la parte más jugosa y plagada de, dicho de la manera más caritativa posible, de medias verdades.]
Pero, vamos, igual que bastaba con contar los dientes de las dueñas de antaño, sobra una visita al INE para obtener
que evidencia otra cosa (nota: las defunciones no están ajustadas por la distinta duración de los meses).
Es que, de hecho, el modelo más conocido para el ajuste de la mortalidad es el de Serfling, que consiste en modelar la mortalidad,
usando una tendencia lineal y una sinusoide para la estacionalidad intraanual (véase, p.e., Observations on excess mortality associated with epidemic influenza de 1961 nada menos). Eso se lleva haciendo desde principios de los sesenta, como poco, cuando utilizar senos y cosenos en una regresión tenia que haber sido tecnología casi alienígena. Y no, el valle nunca ha estado en primavera sino en verano.
Y así tendría una entrada por día durante un par de semanas desmontando cada frase proferida por las autoridades sanitarias en los dos minutos subsiguientes del vídeo que enlazo arriba.
No tengo ni idea de cuál sería la motivación de Aristóteles para tratar de convencernos de lo menos obvio del mundo. Sin embargo, las de las autoridades de hogaño suele ser más obvia: querer seguir siéndolo mucho tiempo. Fernando Simón ha sabido hacerlo sobreviviendo a muchos ministros de la cosa de todo color político. Indicios hay de que lo consigue diciendo aquello que quieren oír en cada momento.