Un gráfico con dos lecturas muy distintas
Hoy voy a discutir el siguiente gráfico:
Está extraído del libro Order without Design: How Markets Shape Cities, de Alain Bertaud, que no recomiendo en absoluto a quienes alberguen la inamovible certeza de que los urbanistas municipales son seres justos y omniscientes y los mercados, fuerzas ciegas y malévolas que solo merecen burla, desprecio y, por encima de todo, represión. Tampoco voy a aburrir al lector con las referencias de los números que representa. Están en el libro. Me bastará advertirle que pueden haber cambiado: hacen referencia al periodo 2016-2017.
Lo que sí que quiero mencionar es que uno puede leer esos gráficos de dos maneras distintas: en el promedio o en el margen. La interpretación en promedio es la más directa: de modo un poco contraintuitivo, contamina más —en términos de CO₂— un viaje en transporte colectivo en metro —o en ciertos metros— que en determinados modelos de coche. Aunque también habría que ver qué tipo de coche, qué tipo de trayecto, con cuántos viajeros, etc.
La otra es la lectura en margen: ¿cuánto contamina un viaje más? Ahí hay que tener en cuenta que los sistemas de transporte público van a circular viajes tú o no. La contaminación incremental neta es prácticamente cero de usar el transporte público pero sustancial de usar uno privado.
Tiene sentido que un urbanista —como el autor del libro— que escribe para otros urbanistas subraye la interpretación en la media del gráfico. A los lectores de a pie, sin embargo, nos aplica más la marginal.
Sin embargo, sabemos cómo todas estas sutilezas se perderán en el fragor de las redes sociales como lágrimas en la lluvia. Es hora de comer macarrones.