Probabilidad y estadística en los Ig Nobel de 2024

Los premios Ig Nobel de este año se han anunciado (y entregado) recientemente. Dos de ellos guardan cierta relación con el asunto de estas páginas:

  1. El de demografía ha recaído en Saul Justin Newman, de la universidad de Oxford, por mostrar cómo muchos de los casos de ultracentenarios (personas que viven hasta edades significativamente por encima de los cien) ocurren realmente en lugares donde la esperanza de vida no es particularmente alta, no hay certificados de nacimiento y abundan los errores administrativos y el fraude en las pensiones. De hecho, en esta entrevista afirma cosas tan entretenidas como que en Okinawa, el mejor predictor del lugar donde residen los ultracentenarios es que el registro civil del municipio en cuestión hubiese sido destruido por los bombardeos estadounidenses en la II Guerra Mundial.
  2. El de probabilidad, en un equipo de 50 investigadores por el artículo Fair coins tend to land on the same side they started: Evidence from 350,757 flips, cuyo título lo dice todo.

El artículo busca la confirmación de resultados anunciados por Persi Diaconis y sus coautores en un artículo que ya mencioné hace años aquí. Puede que a alguien le parezca ridículo e inaudito realizar un experimento consistente en lanzar monedas un total de 350757 veces; pero hay que recordar que el primer problema de estadística que conste documentalmente que se resolvió usando p-valores fue el de determinar si había sesgos en doce dados que se lanzaron 26306 veces allá en 1900 (véase esto).

¿Habría que conceder un Ig Nobel póstumo —igual que se ha hecho este año con Skinner, el sicólogo de las palomas— a Pearson padre y a su colega W.F.R. Weldon por su experimento tiempo ha?

Permítaseme un comentario final: me desasosiega un poco que se le haya concedido un Ig Nobel a Saul Justin Newman. Los Ig Nobel, según la Wikipedia son unos

premios satíricos […] para celebrar diez resultados científicos inusuales o triviales. Su objetivo es “premiar logros que al principio hacen reír y luego, pensar”. El nombre de los premios es un juego de palabras que combina el nombre de los premios Nóbel y la palabra innoble (ignoble).

Ante lo que me pregunto: ¿qué tiene de innoble poner en tela de juicio, datos en mano, ciertas afirmaciones que la gente asume crédulamente (y que han dado lugar, incluso, a una serie en Netflix)? Desde luego, no es una actividad trivial; tal vez sí, desafortunadamente, inhabitual. Aunque, sin duda, admito que hace sonreír un poco y, después, cabe esperar, pensar.