Exigencias aisladas de rigor (estadístico)

I.

Puede que alguien no conozca todavía el concepto de exigencias aisladas de rigor (estadístico). Lo introdujo y describió Scott Alexander aquí.

Usufructo y resumo el ejemplo con el que lo introduce:

  1. Heráclito decía aquello de que uno no puede bañarse dos veces en el mismo río (porque el agua ya no es la misma, etc.)
  2. Heráclito tenía unas vacas.
  3. Un señor se las roba.
  4. Heráclito las reclama.
  5. El señor le dice que las vacas que eran suyas (de Heráclito) ya no existen; que las que dizque ha robado eran otras distintas que andaban solas por ahí, que las encontró y se las llevó a su casa.

No sabemos hasta dónde pudo llegar el rigor filosófico y la coherencia de Heráclito. La fabulilla anterior da a entender que, probablemente, no demasiado lejos.

II.

Hay disciplinas que usan la estadística para demostrar hechos empíricos. La experiencia demuestra (esta vez sin cursivas) que esas demostraciones son habitualmente sumamente flojas: apenas una serie de números cogidos con alfileres. No es infrecuente que alguien demuestre una cosa y otro, la contraria. Etc. Pero no pasa nada en tanto que todos siguen publicando, recogiendo cromos y completando álbumes —también llamados quinquenios… ¿o eran sexenios?—.

III.

Hasta que pasa y alguien demuestra algo inconveniente. Entonces cierta gente desempolva el manual de metodología y comienza una cruzada en contra, una exigencia aislada de rigor.

Coda.

Así es el mundo desde Heráclito (o antes) para acá y nada va a cambiarlo.