Bulos

Hay bulos, sí, pero la pregunta es: ¿qué hacer?

Ayer asistí a una charla, Pseudociencia en la red: la pandemia de bulos y rumores que nos amenaza en la que se habló mucho del qué (qué bulos circulan, dónde se ubican, cómo se difunden, etc.) un poco del quiénes (separando un nosotros, los racionales/racionalistas, de una masa de tamaño indefinido de gentes susceptibles a un pensamiento mágico) y casi nada del qué hacer. Así que formulé una pregunta que reproduzco aquí por si a alguien le apetece darle vueltas.

Zu den Sachen selbst

Circulan verdades alternativas, postverdades. Se caracterizan (atributo que comparten con muchas verdades) por su carácter secundario.

Pero nosotros podemos acudir a fuentes primarias. Como Wim Hordijk en Citizen science: Facts or fake news?: ¿terremotos? ¿tormentas tropicales? ¿erupciones volcánicas? ¿Por qué no echarle un vistazo a esto, esto o esto?

Estamos rodeados de cuñaos que nos hablan como si no supiésemos consultar en Google, escrapear medio Siglo de Oro o buscar en los archivos de la Biblioteca Nacional. Son segundones que abrevan en fuentes secundarias.