Contratos

Contratos por diffs

Hace unos días recibí de mi banco una actualización del contrato general de prestación de servicios. El nuevo contrato es un PDF de 76 páginas, más largo y mucho más farragoso —diríase que redactado por abogados aficionados a Benet— que, por ejemplo, la vigente constitución española.

Nadie va a leer eso. Y menos, entenderlo. Pero seguro que contiene puntos referidos a nuestra información personal y el uso que pueden hacer de ella, nos ata a draconieces, etc. Y todo escondido en kilobytes de hojarasca jurídica.