Comienzo mi entrada de hoy con una foto de Madrid en la nochevieja de 1964.
Esta es otra de los hinchas del equipo nacional el mismo año en los prolegómenos de la final de la Eurocopa del mismo año, que le ganamos a la Unión Soviética.
Aquí encontrarán mis lectores otras escenas de lo que era costumbre en aquellas fechas de hace cincuenta años.
Y no, no quiero reconvertir mi bitácora en otras Escenas Matritenses. Solo quiero advertir que tal vez alguno de los que aparecen en esas fotos trabajaban en el INE de antaño y recibió uno de esos días que se retratan el encargo de predecir la evolución de la población española hasta la actualidad. A ese señor, sin barruntar siquiera el Franco ha muerto; el se sienten, coño; el a este país no lo va a conocer ni la madre que lo parió; el nosotras parimos, nosotras decidimos; el váyase Sr. González; el España va bien; ni, vamos, la famélica legión del Gurugú, le habría tocado armarse de escuadra y cartabón y proyectar rectas de tinta china con tiralíneas hasta el mismo día de hoy para contarnos algo que sabemos mucho mejor que él: cuántos españolitos somos ahora.