Números

¿Estamos todos anuméricos o qué?

Este es el número (por año) de condenados por provocar incendios forestales en España (según Civio):

condenados_incendios

Según la misma página, en esos años ha habido 223.783 incendios forestales, de los cuales el 55% fue intencionado.

Pero a nadie se le ocurre criticar a Civio y decirle que es [incluye aquí tu acusación de incorrección política favorita] por dar esas cifras y alegar que solo pueden catalogarse de intencionados el 0.369% de ellos (número de condenados entre número total de incendios).

¿Cuánta gente ha habido sobre la faz de la tierra?

Una vez oí que 70000 millones, de los que 7000 estaban vivos actualmente. Oí mal porque, buscando, he encontrado esto, de donde extraigo:

tabla_vivos

y

tabla_vivos_2

¡Un 6.5% de todos los que hemos sido estamos vivos!

Y me pregunto: ¿cuál será el porcentaje equivalente entre todos los que han sabido leer y escribir? ¿Cuántos de los que han sabido hacer música? ¿Cuántos de los escritores? ¿Cuántos de los que han tenido una existencia que no se redujese a subsistir precariamente?

Banzhaf y las elecciones que se nos vienen

Es pertinente rescatar una entrada de hace tres años sobre D’Hondt y Banzhaf. En el enlace, los detalles.

Me limitaré a actualizar el código de la función para que muestre las alianzas (algunas enteramente esperpénticas) posibles, que queda de la forma

banzhaf <- function(x){
  x <- -sort(-x)
  x <- x/sum(x)

  foo <- function(a,b,p){
    if(p>1/2)
      return(list(a))

    if (length(b)==0)
      return(NULL)

    b.prima <- b[-1]
    delta <- b[1]
    p.delta <- x[delta]

    return(c(foo(c(a,delta), b.prima, p+p.delta), foo(a,b.prima,p)))
  }

  res <- foo( NULL, names(x), 0)
  print(res)
  sort( table(unlist(res)) / length(res) )
}

y a aplicarlo sobre algunos casos de la más rabiosa actualidad que Leda Duelo ha tenido la gentileza de preparar para mí y, a través de esta página, para ti también. Son los que siguen.

Adaequatio rei et intellectus

La correspondencia entre las ideas y las cosas. Un añejo criterio de verdad. Me viene a la memoria (y, por ende, a estas páginas) por dos motivos. El primero, que tengo fresco el adagio.

El segundo, que acabo de terminar de leer un libro lógicamente bien estructurado pero con un grave problema: la no correspondencia entre el constructo y la realidad. A mis cuarenta años no pueden venir a contarme que lo que veo cuando me planto en medio de la plaza de Cascorro y echo un vistazo alrededor no es lo que es; que lo que es es lo que escriben desde sus muy encumbrados despachos los tres coautores de la cosa.

Datos, datos, datos,... ¿pero qué datos?

Porque según donde mira uno… Veamos un ejemplo. Ha caído en mi mano este documento de Eurostat sobre residuos urbanos y su reciclaje (o no).

Lo primero que me ha llamado la atención han sido los números correspondientes a España:

residuos_urbanos

¿A vosotros no? Qué números tan redondos, ¿verdad? Como si puestos a ojo. Pues sí, son, poco más o menos, a ojo. La tabla tiene una nota en letra diminuta en la que indica que las cifras de España (y algunos otros países) son estimaciones que podrían ser revisadas.

Mileuristas... anuales

Publicaba el otro día El País una nómina de Franco de noviembre de 1935 con un líquido a percibir de 2.429,98 pesetas. Según el articulista,

[s]i comparamos aquella cantidad con el coste de la vida actual, la equivalencia se elevaría a 5.261,80 euros. Así lo ha calculado para EL PAÍS Ernesto Poveda, del Grupo Icsa, dedicado, entre otras cosas a asuntos de observatorio salarial. El trabajo está hecho con arreglo a la tabla de actualización de precios al consumo que establece Jordi Maluquer de Motes, catedrático de la Universidad Autónoma de Bellaterra (Barcelona). “Se trata de la referencia utilizada por los historiadores económicos avalada por el Banco de España”, explica Poveda.

Campaña de alfabetización numérica... para diputados

¿Sabe de números tu próximo representante?

Al preguntar a los diputados actuales acerca de la probabilidad de obtener dos caras consecutivas al lanzar una moneda, solo el 40% de ellos obtuvieron la respuesta correcta. ¿Lo harán mejor lo siguientes?

[…]

Así, pero en inglés, comienza esta nota de la Royal Statistical Society que sugiere a los votantes (del RU, desgraciadamente) invitar a sus candidatos a formarse en los rudimentos de la estadística y el análisis y comprensión de datos.

Varianzas y variaciones de netos

Muchas cifras de interés son netos de dos magnitudes. Por ejemplo el déficit/superávit comercial, que es la diferencia entre exportaciones e importaciones; o los beneficios/pérdidas de una empresa, diferencia de ingresos y gastos.

Por un lado, las magnitudes subyacentes pueden estar sujetas a error estadístico. Incluso aunque el coeficiente de variación sea minúsculo para cada una de ellas por separado (p.e., del orden del 1%), pudiera ser que el error correspondiente a la diferencia (¡las varianzas se suman!) hiciesen del neto un valor no significativamente distinto de cero en muchas ocasiones.

Sí, señor ministro... y encuestas

Cayó en mis manos

ss_netconfusion

que son los resultados de una encuesta en la que la misma pregunta (en puridad, una pregunta sobre una cuestión global y otra sobre un asunto particular de la anterior) reciben respuestas manifiestamente contrarias y contradictorias por parte de una muestra del ostentador de la soberanía.

Lo cual me recordó que hacía tiempo había dado con https://www.youtube.com/watch?v=G0ZZJXw4MTA extraído de Yes, Minister y que en inglés no subtitulado ilustra muy amenamente los efectos que sobre el público tiene la manera en que se plantean las cuestiones.

Boceto de entrada sobre bits y referéndums

El tema tenía que salir por ser español —y todos sabemos que es recurrente allá— y pasar muchos días al mes en Suiza, país en el que se piensa cuando se habla de referéndums. Más que salir —corrijo— me lo sacan tanto aquí como allá. Así que escribo sobre él. Pero en lugar de una entrada bien articulada, para la que no tengo tiempo, voy a limitarme a esbozar una serie de argumentos, los que, cuando llega el caso y tengo ocasión, pongo sobre la mesa.