Cinco consejos que nunca leerá quien debe
Desde que dejé de ser uno de ellos, a esa gente que vive en un mundo en el que las cifras tienen un cero de más sólo me la tropiezo en los ascensores. Los oigo hablar de potencias de motores, de la piscina del chalé y de lo mal que está el servicio. Si de verdad tuviesen interés en aquello por lo que les pagan, seguro, leerían esta entrada y no se perderían ni una coma de lo que sigue a continuación.