Trabajo

El día del oxímoron

Han aparecido dos artículos publicados en prensa hoy, en el mismo día:

Tengo más comentarios que hacer que tiempo para escribirlos, así que dejo que cada cual saque su propia conclusión.

¿Es Madrid ciudad para startups (relacionadas con los datos)?

[Esta entrada, simplemente, plantea una hipótesis altamente especulativa; expone una serie de argumentos su pro pero deja la pregunta abierta y la respuesta al buen criterio del lector.]

El año pasado di un curso de estadística bayesiana (¿a alguien le interesaría que lo impartiese en su empresa o institución?) en la UPC, en Barcelona. En un descanso hablé brevemente con una alumna que estaba buscando trabajo en el mundo de la ciencia de datos. Le pregunté si no le interesaría mudarse a Madrid (quienes vivimos en Madrid sabemos que no hay vida inteligente fuera de nuestra provincia, ¿verdad?) y me contestó que en Madrid no había nada, que no había empresas, que no había movimiento; que en BCN había muchas, pero que en la villa no le constaba. Me sorprendió (y lo admito, me ofendió un poquito) y respondí lo obvio: que si BBVA, que si Santander, que si Telefónica, que si Amadeus, que si… ¡tenemos decenas de factorías/churrerías de ciencia de datos por toda la periferia de la M-30!

¡Terror! ¡Las máquinas nos van a quitar los trabajos! ¡Oh, oh, oh! ¡Uh, uh, uh!

Habréis leído por ahí relatos apocalípticoides sobre un futuro gris en el que las máquinas nos dejarán sin trabajo. Clic. Otra gente memos agorera opina que, más que trabajos, la máquinas eliminarán tareas (i.e., partes aburridas de los trabajos).

No voy a hablar de unas señoras, muy funcionarias ellas, clic, que conforman el Registro (con mayúscula) de cierta institución pública en la que tuve que depositar una factura impresa, firmada a mano y por duplicado recientemente. Y cuyo trabajo consiste en sellar la factura, meterla factura en la carpeta correspondiente, clic, y esperar a que un bedel la lleve al despacho donde seguirá el trámite. Hoy no.

Mismo trabajo, nosequé cosa

Hoy han surgido tuits reclamando que a mismo trabajo correspondiesen yo qué sé que cosas estupendas. Razonaré que son peticiones propias de quienes ignoran de qué va el mundo.

Los estadísticos nos encargamos de decir NO razonadamente. Analizamos ocurrencias de otros y decimos: pues mira, NO, lo que crees señal es solo ruido. A eso se reduce (casi, lo admito) todo.

El ruido aparece por todas partes. Habitualmente, como efecto de variables no observadas. Aplicando una definición lata de variable no observada, siempre. Aunque por deslindar, frecuentemente se atribuye ruido imprecisión en la medida de los fenómenos de interés.