Finalmente, se ha inaugurado Martina Cocina

Esta entrada tiene un notable contenido publicitario: el pasado viernes se inauguró Martina Cocina (nota: la página es provisional), una cafetería-restaurante en el que ostento una participación del 50%.

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Se trata de un lugar al que, por supuesto, mis lectores están invitados a descubrir en número 11 de la castiza plaza de Cascorro de Madrid.

Pero como estoy en un foro al que me obligo a no traer temas extemporáneos, confesaré a mis lectores que tengo dos proyectos en mente que guardan relación tanto con Martina Cocina como con los asuntos que esperan encontrar en estas páginas. El primero es que (si me dejan) trataré de aplicar lo que Dan Arieli nos enseña en Predictably Irrational a, principalmente aunque no exclusivamente, el diseño de la carta y los precios de los productos para ayudaros a vosotros, los clientes a elegir, ejem, más convenientemente (¿para quién?).

El segundo es que venía pensando este fin de semana de qué manera —y que tenga algo de científica, por supuesto— optimizar la gestión de horarios, turnos y vacaciones del personal teniendo en cuenta cosas como las horas a las que se emiten los tiques de caja (como estimación del volumen de trabajo) e introduciendo penalizaciones de penosidad, i.e., tratando de que las jornadas resultantes no sean excesivamente largas ni estén plagadas de interrupciones.

Todo eso, a su debido tiempo. Mientras tanto, no os perdáis las quiches de salmón. Están buenísimas.