¿Nos leen (y más) en El País?

Pues no lo sé. Es imposible probarlo o refutarlo sin realizar el par de llamadas que no haré. Pero leyendo el reportaje Aquí no caben todos del día 10 de abril firmado por Ramón Muñoz sobre las fabulosas cotizaciones bursátiles potenciales que se atribuyen a las redes sociales, tropecé con el siguiente párrafo:

Para hacerse una idea de este desajuste, si aplicáramos el mismo multiplicador ingresos/valoración de Facebook a Telefónica, la operadora española valdría en Bolsa 1,82 billones de euros (frente a los 81.700 millones a los que cotiza realmente), es decir, cuatro veces más que toda la capitalización bursátil de las 35 empresas del Ibex juntas. Con la diferencia, además, de que Facebook, que vive de la publicidad como muchas de las nuevas firmas, no factura directamente (ni tiene previsto hacerlo) ni un dólar a ninguno de los 600 millones de usuarios que tiene en el mundo, mientras que la operadora española cobra religiosamente la factura cada mes a sus 287 millones de clientes.

Mis lectores más fieles recordarán que, tratando el mismo tema, dejé escrito en febrero lo siguiente:

Telefónica, que vale 84.000 millones hoy, dice tener 281 millones de clientes. Es decir, cada cliente vale unos 300 euros (o unos 400 dólares) . ¿Qué clientes preferirías, los de Telefónica (que pagan religiosamente facturas a fin de mes) o los de Facebook?

Cierto que la comparación con Telefónica es de rigor, por más que sea virtud escasa. Cierto que el periodista y yo bien pudiéramos compartir procedimiento para enfrentarnos a la inasequibilidad de las grandes cifras. Cierto que la construcción sintáctica del texto que subrayo en ambas citas es tremendamente común. Y cierto que no hay nada más improbable que el que nunca ocurra ninguna de esas casualidades tan sumamente azarosas. Cierto pues que bien pudiera tratarse de una coincidencia.

Pero si el periodista pasó por estas páginas antes de armar su artículo bien habrá que felicitar a El País por su buen criterio. Y si no lo hizo, felicitarlo también por un estupendo reportaje.