PER y EV/EBITDA
Muchos portales financieros incluyen información sobre uno de los llamados múltiplos (asociados a empresas que cotizan en bolsa), el PER. Es fácil de calcular a partir de información pública más o menos fiable y se usa en la práctica para estimar muy a groso modo si determinadas empresas (o mercados) están o no sobrepreciadas.
El PER es el cociente entre la capitalización bursátil de una empresa (que es público y se actualiza segundo a segundo) y su beneficio, que se conoce con cierta regularidad. Tiene sus ventajas —como la señalada más arriba— y desventajas —por ejemplo, que está influido por el desempeño pasado, los beneficios de ejercicios anteriores, cuando a un inversor le interesa más el desempeño futuro—.
Hoy traigo a colación otra desventaja quizás menos conocida: que el PER está muy influenciado por la estructura de capital de las empresas. Por ello no es un indicador adecuado para, sin más, realizar comparaciones. En efecto, de McKinsey Quarterly extraigo el siguiente diagrama:
En él se comparan dos empresas imaginarias similares, que solo se diferencian en su estructura de capital: la una tiene una deuda sustancial y la otra no.
A quienes piensen que la estructura de capital resulta irrelevante, les espantará averiguar cómo el PER parece ofrecer imágenes distintas de una misma realidad. El otro indicador alternativo, el EV/EBITA (o el EV/EBITDA) es idéntico para ambos.
Se trata de un múltiplo neutro frente a la estructura de capital aunque también presenta algunos problemas: el numerador, el valor de la empresa, es difícil de calcular a partir de datos públicos.
La tal vez excesiva popularidad del PER para evaluar el desempeño de las distintas empresas pudiera haber contribuido a que estas acumulasen más deuda de la que, a la vista de la actual situación, debieron haber asumido. El uso de indicadores neutrales podría ayudar a que los gestores de las empresas se volviesen igualmente neutrales frente a la estructura de capital y que esto constribuyese a reforzar la solidez del sistema.