Abenjaldún, el precursor

El otro día, en una reunión madrileña de escépticos, me pusieron sobre la pista de un tal Abenjaldún. Lo presentaron, poco más o menos, como el primer historiador moderno. Nótese que era tunecino de ascendencia sevillana, musulmán y vivió en el siglo XIV.

Los economistas también lo consideran como de su gremio.

Hojeando su opera magna, Introducción a la historia universal, he encontrado dos párrafos muy aprovechables. Hablando de la astrología, dice que (con mi subrayado):

Los antiguos (astrólogos) eran de la opinión de que el conocimiento de las potencias e influencias astrales se adquiere a través de la experiencia. Pero es algo que todas las vidas (humanas) combinadas no podrían lograr, porque la experiencia se obtiene a través de numerosas repeticiones que hacen posible la obtención de conocimiento (empírico). Las revoluciones astrales pueden ser muy largas. Se requieren períodos de tiempo muy extensos para su repetición. Incluso (todas) las vidas del mundo (combinadas) serían demasiado cortas para (observarlas).

Y sobre las exageraciones numéricas de los historiadores que lo precedieron, que:

Por ejemplo, al-Mas’udi y muchos otros historiadores relatan cómo Moisés contó el ejército de los israelitas en el desierto. Hizo pasar lista a todos los aptos para portar armas, especialmente a los de veinte años o más. Resultaron ser 600.000 o más. En este sentido, (al-Mas’udi) olvida considerar si Egipto y Siria podrían haber albergado semejante número de soldados. Cada reino puede tener una milicia tan grande como pueda albergar y mantener, pero no más. Este hecho está atestiguado por costumbres bien conocidas y condiciones familiares. Además, un ejército de este tamaño no puede marchar ni luchar como una unidad. Todo el territorio disponible sería demasiado pequeño para él. Si estuviera en formación de batalla, se extendería dos, tres o más veces más allá del campo de visión. ¡¿Cómo, entonces, podrían dos partidos así luchar entre sí, o una formación de batalla tomar la delantera cuando un flanco no sabe lo que está haciendo el otro?! La situación actual atestigua la corrección de esta afirmación. El pasado se parece al futuro más que una (gota de) agua a otra.

¿De qué más campos piensan, pues, mis lectores que fue también Abenjaldún precursor?