¿Es Bunge un fraude?

Mi primer contacto con la obra de Mario Bunge fue en mi época de estudiante en Zaragoza. Por algún motivo —probablemente, porque en aquella época repasar los lomos de los libros en las bibliotecas y librerias era el equivalente al perder el tiempo en internet de hogaño— cayó en mis manos un libro suyo. Solo recuerdo que leerlo requirió más empeño que aprovechamiento trujo a aquel chaval de provincias.

El segundo —hará un par de años— fue una grabación de una conferencia que dio en Buenos Aires. La guardé en algún lugar para comentarla en estas páginas porque de todo lo que contaba en una hora no alcancé a darle la razón —más bien, el beneficio de la duda— más que en que llovía en Buenos Aires esa tarde. Desafortunadamente, no he podido dar otra vez con ella.

Buscándola, sin embargo, tropecé con ¿Para qué sirve la epistemología? en la que se habla de cosas sobre las que sé poco y se mencionan solo de pasada otras que me dan de comer: la probabilidad, la estadística y el teorema de Bayes. De ellas dice un par de cosas poco agradables y comienza un razonamiento que no concluye porque a la mitad, cambia de tercio.

Quedé, pues, con la duda sobre la opinión de Bunge acerca de esas cuestiones y di con la siguiente obrita de 2008: Bayesianism, Science or Pseudoscience? Tiene, como todo, alguna parte de provecho, pero uno encuentra cosas como

que es un completo sinsentido (por cuantificarlo: es un sinsentido de esos que te hacen perder puntos en un examen de la licenciatura, uno que no cabe encontrar en una publicación revisada por pares, salvo que esos pares sean demasiado parejos). Precisamente este es, además, el ejemplo —aquí enteramente desarrollado— al que hacía Bunge alusión y no remataba en la charla que cito arriba.

En otra sección del articulo escribe

Llama la atención particularmente porque es la primera noticia que tengo de que puedan existir estadísticas que no satisfagan la fórmula de Bayes. Así que me entretuve en buscar qué cosa había dicho el tal Eddy en 1982 y encontré nada más ni nada menos que una micro-introducción sumamente estándar al teorema de Bayes con aplicaciones en medicina con ejemplos plusquanmanidos en la que Eddy se queja (¡otro más!) de cómo hay médicos que confunden P(A | B) y P(B | A). Eso es todo.

No me he entretenido en bucear más porque no sé si merece la pena.

La cuestión es la siguiente. Imagina que vas a una frutería a comprar manzanas. Ves unas con buena pinta pero quieres asegurarte primero. Preguntas si tienen gusano y te dicen que no, que válgame Dios, que no. Y tú contestas: ¿puedo coger dos al azar y examinarlas? Con la venia, las tomas, las abres y ambas tienen gusano. La teoría de la decisión (teorema de Bayes por medio y salvo que la priori la haya elegido el frutero con más tino que el género) te desaconsejaría dar la mercancía por buena.

En el caso de más arriba, puede alegarse, no he tomado dos manzanas al azar sino, tal vez, las dos que tenía más a mano. Y las dos tenían gusanaco y el corazón agujereada. Eso me induce a pensar que Bunge es mercancía podrida. Pero igual estoy equivocado y alguien con más conocimiento del asunto que yo me puede reencarrilar en la vía de la justicia para con Bunge que tal vez no le esté haciendo aquí. Por eso planteo, de nuevo:

¿Es Bunge un fraude?