Consultoría

Déjese asesorar por Microsoft para reorientar su carrera

Por algún motivo, tal vez la crisis, últimamente hay quienes preguntan sobre cómo (re)enfocar sus carreras en este mundillo que tiene que ver con lo que hago y escribo. Voy a hacerles el favor de responderles globalmente con lo que opina alguien cuyo _net present worth _es en muchos órdenes de magnitud superior al mío.

Porque ya que si se trata de seguir los consejos de alguien, digo yo, preferible será tomar los de quienes han triunfado en el Nasdaq que los de los que viajamos en metro y cenamos en el chino.

Una revisión neoliberal del principio de Peter

El premio Ig-Nobel de Gestión del año 2010 se lo llevó un equipo de investigadores de la Universidad de Catania por un estudio sobre el principio de Peter. Su formulación es la siguiente:

En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta alcanzar su máximo nivel de incompetencia

Laurence J. Peter

En esta entrada voy primero a plantear el problema, revisar después brevemente la propuesta de los italianos ignominiosamente laureados y, finalmente, plantear mi anunciada revisión neoliberal. Quiero de todos modos hacer constar y subrayar encarecidamente que aunque haya calificado de neoliberal a esta propuesta que hago desde un punto de vista totalmente teórico aquí y ahora, yo no como niños en el desayuno.

Sin sexo por decisión judicial

Pues sí, nos quedamos sin sexo. Por culpa de unos jueces y una interpretación tan recta como corta de miras de nosequé leyes europeas.

La cosa viene de atrás: a la hora de categorizar clientes, usuarios o, en definitiva, personas en proyectos diversos de minería de datos (o en el cotidiando desempeño de los actuarios), ¿qué variables con información personal es legítimo utilizar? El uso de variables tales como raza, satisfacción de cuotas a algún sindicato, etc., legal o no, infringiría los códigos deontológicos más básicos. Pero, ¿el sexo?

IBM compró Netezza: una taxonomía y algunos comentarios

El primero tiene que ver con coches. En el ascensor, en las conversaciones que oigo en el ascensor, que es donde pulso los intereses de mis cotidianos coadláteres, soy mudo testigo de multitud de conversaciones. Las más tratan de coches. Es increíble cómo la gente está al día de marcas, modelos, motores y potencias. Aunque luego les preguntas por lo de su oficio y te das cuenta de que, sorprendentemente, no saben por dónde les pega el aire. Así, nuestro teórico máximo sabedor sobre la base de datos con la que trabajamos ni siquiera estaba al corriente de que existía una cosa llamada Postgres. (Le tuve que deletrear el nombre, lo apuntó en un papel y me dijo que lo buscaría en internet; cualquier día le pregunto hasta dónde lo ha llevado su afán de saber).

¿Por qué no una competición?

Después de haber hablado de competiciones de minería de datos, participado en una con mediano éxito y entrado en contacto con sus organizadores a raíz de eso, escribo para pulsar la opinión de mis lectores acerca de si es plausible que en un futuro empresas y organizaciones varias vean como una opción viable para resolver sus problemas analíticos el plantearlos como una competición abierta a quien quiera participar en ella.

Marcin Wojnarski, del equipo que gestiona TunedIT, la plataforma sobre la que se organizó la competición a la que me refiero, me hizo llegar un documento en el que se enumeran las ventajas que supondrían para las empresas este tipo de competiciones sobre el método tradicional de afrontar las tareas analíticas. Obviamente, enumera las ventajas, que son muchas, manifiestas y muy de mi particular parecer. También, en comunicación personal (y por eso no los hago públicos), me ha participado los costes que tendría para una empresa organizar una competición a través de su plataforma.

Tecnologías de la información 2020

Me consta que algunos de mis lectores piensan en reorientar sus carreras. Éstos se autoclasifican en dos grandes grupos:

  • Los candidatos a “dinosaurios” —según la terminología de Raúl, mi vecino de blog— que aspiran a autoperpetuarse en una sinecura y que encuentran esta entrada de mi blog grandemente inspiradora.
  • Los que pueden encontrar este artículo de provecho. O, más bien, parte de él, la parte que, por motivar la lectura, traduzco a continuación.

Para el 2020, la cantidad de datos generados anualmente alcanzará los 35 zettabytes (35 millones de petabytes) […], suficiente como para llenar dos pilas de DVDs que lleguen hasta la luna.

Más sobre migraciones de SAS a WPS

El otro día escribí sobre WPS, un clon de SAS con unos costes de licencia sustancialmente menores.

KDNuggets ha publicado los resultados de una encuesta entre usuarios actuales y potenciales de SAS en la que se les preguntaba por su disposición a migrar a dicha plataforma.

Habedlos:

¿Cuál será la anomalía de la empresa española que no tengo noticia de ningún ERE a SAS? ¡Con la que está cayendo!

Nota: he modificado la página de Datanalytics y ahora, en la sección de servicios, dentro del apartado de consultoría SAS, detallo específicamente la migración a WPS como uno de ellos. ¡A ver si pronto suena el teléfono!

Paquetes estadísticos: una anécdota sin moraleja

Un banco que gana mucho dinero quiso gastarse un nada desdeñable pellizco de sus ingresos contratando a unos consultores muy resabidos de un país extranjero donde, es fama, todos saben mucho. El resultado fue una documentación ininteligible y un larguísimo programa en VB sin apenas comentarios que se demoraba horas en realizar una simulación trivial.

El banco, cansado de quemar ciclos de CPU en vano, encargó a una consultora local la reimplementación del algoritmo en un afamado paquete estadístico. A falta de documentación, la reimplementación hubo de hacerse tratando de adivinar qué demonios hacía el código original. Prácticamente, fue un proceso de ingeniería inversa.

Si yo fuera...

Si yo fuera responsable de una empresa de consultoría de, digamos (por mencionar un número redondo), 7.000 empleados, propondría la siguiente iniciativa:

  • Crear un blog público de asuntos relacionados con la actividad de la empresa.
  • Invitar a los empleados a mandar posibles entradas (originales, etc.).
  • Cada día, publicar la mejor de las entradas recibidas.
  • Recompensar a su autor con alguna chuche: un día de vacaciones, 100 euros, etc.

¿Ventajas? Supongo que muchas. De hecho, IBM patrocina una iniciativa similar en la que se publican artículos muy interesantes.

Cinco consejos que nunca leerá quien debe

Desde que dejé de ser uno de ellos, a esa gente que vive en un mundo en el que las cifras tienen un cero de más sólo me la tropiezo en los ascensores. Los oigo hablar de potencias de motores, de la piscina del chalé y de lo mal que está el servicio. Si de verdad tuviesen interés en aquello por lo que les pagan, seguro, leerían esta entrada y no se perderían ni una coma de lo que sigue a continuación.

Qué hacer (y no hacer) con los bichitos que uno encuentra

No sé si es porque gano agudeza visual, porque me vuelvo cascarrabias o, simplemente, porque tengo mala suerte. Pero cada vez me tropiezo con más bichitos de esos que en inglés se llaman bugs. Y me refiero a esos que son consustanciales a todo proyecto de software.

Antes, antaño, simplemente los toleraba y, creo, vivía más feliz. Formaban parte del paisaje, como los mosquitos nocturnos en la jungla tailandesa. De un tiempo acá, sin embargo, tengo una relación más compleja con ellos.

Use SAS para predecir como un pulpo

Para el otoño volverá a tener lugar el congreso de usuarios de SAS en España. El anuncio que me acaba de llegar —con su referencia al ubicuo pulpo Paul— no puede ser más desafortunado. Por si desaparece el enlace, reproduzco con una captura de pantalla aquí lo más sustancioso del mismo:

Addenda:

Comí el jueves con la más infiel de mis lectoras (creo que ni lectora es) y convinimos en que el mensaje de SAS resulta, cuando menos, insultante para cuantos nos dedicamos al sufrido oficio de la estadística y actividades concomitantes. Entre ambos consensuamos un mensaje alternativo que venía a ser el siguiente: