La distribución normal y el borracho que perdió sus llaves
Leí una vez un chiste sobre estadísticos. Lo tengo, de hecho, en algún lugar de mi disco duro y prometo incluir una referencia a la fuente una vez lo ubique.
Trata de un borracho que pierde sus llaves en la noche y comienza a buscarlas a la luz de una farola. Alguien se ofrece a ayudarlo.
—Qué le ocurre, ¿buen hombre?
—He perdido las llaves.
—¿Recuerda dónde pudo haber ocurrido?