Liquidez y solvencia
El bombardeo matinal de noticias a que nos tiene acostumbrada la prensa en los últimos tiempos debería tener el efecto secundario positivo de acrecentar nuestra cultura financiera. Pero no estoy seguro de que sea así.
Uno de los grandes temas que me da la impresión que confunde todavía al público es la diferencia entre liquidez y solvencia.
Yo soy un tipo eminentemente ilíquido: muchos días me enfrento al siguiente problema: aunque pueda permitirme innumerables cafés a razón de 35 céntimos, en ese momento crítico, delante de la máquina expendedora, nunca encuentro la calderilla necesaria.