Que hagan lo que quieran en Plaza de España; yo, la verdad, no tengo tiempo para leer 350 MB de documentación
Ha salido lo de la votación de plaza de España. Un festival para la democracia.
Yo, de hecho, ya voté en la primera ronda. Voté que la dejasen como está. Por un motivo muy simple: cada vez que camino por las calles próximas a mi casa, como haya llovido no hace tanto y tenga mala suerte, piso en una de esas baldosas mal fijadas que proyectan alevosos chorros de agua putrafacta por la pierna p’arriba. Porque en la intersección de dos calles por las que paso siempre, cuando llueve, se forma una balsa de agua a la que solo faltan ranas. Porque los contenedores en los que reciclo están cercados de montañas de residuos de todo tipo. Porque, creo, que antes de invertir más (y particularmente, antes de invertir a un kilómetro de mi casa) deberían devolverse a un estado digno las infraestructuras municipales por las que transito a diario. Por eso, insisto, me opuse.