Libros

¿Cómo pensar en la probabilidad de un evento?

[Esta entrada lo es, además de por su propio mérito, en preparación de la que habrá de ocurrir mañana o pasado.]

Así:

My father, Leonard Jimmie Savage, was an early advocate of subjective probability. He encouraged me from a young age to think of the probability of an event as the amount I would pay for a gamble that would pay $100 if the event occurred.

Sam Savage, 2004 (fuente)

10k regresiones truchas para que cada cual elija la que más le cuadre

¿Recordáis la época en que existía una monocausa omnicacoexplicativa? Era la desigualdad que, a través de inefables mecanismos, generaba todo tipo de calamidades: infelicidad, enfermedad, inestabilidad política, etc.

Tal se sostiene en, p.e., The Spirit Level: Why More Equal Societies Almost Always Do Better, un libro donde se argumenta alrededor de gráficas tales como

Sin embargo, otro librito, The Spirit Level Delusion, revisitó esas cuestiones poco después y se dio cuenta de que si en lugar de tomar los datos de la fuente A los tomaba de la B; que si en lugar de usar cifras del año tal se usaba las del año cual; si se incluía el país X que aquellos habían considerado y se sacaba el Y, que solo se representaba a sí mismo, uno obtenía cosas tales como

Cuantificación y riesgo

Economics After Neoliberalism, es una reescritura más de un argumento bastante manido y que se ha visto tratar desde la izquierda, como en esta ocasión, como desde la derecha: el libro Seeing Like a State es una perífrasis libertaria de casi 500 páginas que viene a decir lo mismo. O, según se mire, lo contrario.

El nudo del argumento es que la cuantificación (de los fenómenos económicos y sociales) no es solo una herramienta relativamente moderna de ayuda a la decisión sino que la condiciona, que, diríase, la contiene. Solo que si lees el primer artículo, parece contener neoliberalismo y si lees el segundo, colectivismo soviético con estética Le Corbusier.

"Estadística Básica Edulcorada"

Quiero contribuir a dar a conocer el libro Estadística Básica Edulcorada de Alejandro Quintela.

Debería, se supone, hacer una crítica de lo que publico, pero lo omitiré en esta ocasión porque, para eso, tendría que haberlo leído con más detenimiento en lugar de simplemente hojearlo deteniéndome en los capítulos más entretenidos. Lo cual significa que sí que los tiene: de hecho, está repleto de ejemplos más o menos curiosos, problemas y paradojas más o menos conocidas, que tienen un valor en sí mismas al margen de las secciones teóricas más áridas.

Aprender deprisa, aprender despacio

Aviso: hoy incursiono en el minado campo de la sicología pop. Seguramente todo lo que escriba sea mentira, esté superadísimo o las dos cosas a la vez.

La entrada debe y bebe de un libro archiconocido. Si no lo has leído, no sé a qué esperas.

La entrada está motivada por otro libro que estoy leyendo, The Case Against Education, del que sospecho:

  • que dice la verdad en cada párrafo
  • para armar un argumento global falso.

Allá voy.

Rebelarse vende

Tales son las circunstancias de los tiempos que nos ha tocado vivir que muchos de quienes trabajamos en ciencia de datos, querámoslo o no, nos dedicamos a vender cachivaches. De ahí que recomiende la lectura de

un librito con muchas posibles interpretaciones pero que da en el clavo en muchas. O tal opino yo.

Nota: muchas cosas han cambiado desde que se publicó. No sé si es bueno leer esto antes o después que el libro.

Feria del libro, 2019

Fui a la Feria del Libro. El calor era el de L’Étranger. Comencé por la caseta uno. TOC. Riguroso orden hasta la cientiypico.

Libros, libros por todas partes…

Autoayuda. Autoayuda. Reverté (¿recopilatorio de artículos?). Libros rosas, libros con nombres y fotos de mujeres en la portada. Autoayuda. Infantil. Losantos y su Barcelona. Autoayuda. Dos pornógrafas. Los gatitos (y la filosofía) de Stoya. Autoayuda. DIY. Facsílmil de Voynich. Los mismos libros una y otra vez. Más autoayuda y libros facilongos. Marx y esas cosas.

Evaluación de trucos para multiplicaciones aproximadas

En Street Fighting Mathematics (leedlo) hay un capítulo en el que se discuten trucos para realizar mental y aproximadamente operaciones del tipo 3600 × 4.4 × 10^4 × 32.

La recomendación es la siguiente: contar ceros primero, gestionar las cifras significativas después. En el caso anterior, el autor identifica 8 ceros (tres del 3600, cuatro del 10^4 y uno del 32), quedando como cifras significativas 3.6, 4.4 y 3.2.

Para estas últimas, recomienda aproximarlas a 1, pocos (alrededor de 3) y 10. Pocos es una cifra que vale tres y cuyo cuadrado es 10. Por lo tanto, 3.6 × 4.4 × 3.2 es el cubo de pocos, es decir, treinta. De manera que la aproximación de 3600 × 4.4 × 10^4 × 32 es un tres seguido de nueve ceros (en realidad, es un cinco seguido de nueve ceros).

Sobre la brecha salarial... de belleza

¿Por qué existe un debate público sobre la brecha salarial de género y no sobre la brecha salarial por cualquier otra presunta causa? La hay, p.e., por nivel de estudios. Pero, claro, uno siempre puede argumentar en términos meritocráticos. ¿Por sector económico? Ahí está menos claro y discutirlo nos llevaría muy lejos.

Pero, ¿por qué no ir más allá de las variables registradas por el INE y fijarnos, p.e., en la belleza (física)? Porque parece que brecha, hayla. Diráse que es una medida subjetiva y no refrendada por el registro civil. No como el sexo. Pero si mal no recuerdo, la última vez que alguien fletó un bus naranja para explicarnos que los niños tienen pene y las niñas, vulva, la cosa acabó como el rosario de la aurora.

Libros y el índice de compresibilidad

Los libros contienen palabras e ideas. Un libro con un índice de compresibilidad del 0% es uno para el que transmitir el, p.e., 30% de las ideas que contiene hacen falta, como poco, el 30% de las palabras. Muchos libros de matemáticas o estadística tienen ratios de ese nivel.

El otro día leí una entrada de blog en la que alguien le hacía un 80:20 a un libro que había leído. Que viene a significar que el autor del texto original era uno de esos tipos palabreros que se escuchan a sí mismos y que no tiene respeto alguno por tu tiempo.

¿Tiene sentido plantearse un objetivo que no se puede medir?

Por ejemplo, el de la igualdad. Aquí un artículo en el que se dice que no y otro del mismo autor en el que se dice que sí (parece que todo se reduce a cuestiones metodológicas).

Este tipo de cuestiones suelen zanjarse creando una metodología y encargando al INE su seguimiento. El INE, entonces, define desigualdad (para el caso) como aquello que mide nuestra metodología de medición de la desigualdad (fenómeno que llaman reificación y que consiste en sustituir la sustancia por el método). Lo mismo pasa con el desempleo, el PIB y tantas otras magnitudes.

¿Existirá algún caso de uso de la estadística que no sea materia prima para la toma de decisiones informadas?

Estoy escribiendo unas notas muy punk sobre estadística. Desde cero. Hasta la luna. Pero que no se parecen en absoluto a nada de lo que he visto habitualmente escrito sobre la materia. Uno de sus capítulos, el primero, habla en general de la estadística. Abre con

Statistics is a technology concerned with stochastic data generating systems (SDGS) for the purpose of making informed decisions.

y el resto del capítulo desarrolla cada elemento de la frase (sí, qué es una tecnología, etc.). Sin embargo, lo más punk de la frase es el asunto de las decisiones. Porque, en el fondo, ejerciendo de estadístico, apenas se me ha encargado tener que tomarlas. Eran cosa de otros, de los que manejaban el presupuesto.

Liberalismo: los axiomas y sus corolarios

Una malhadada fisura en la rótula me ha tenido boca arriba más horas de las habituales durante el último mes. Por evitar el aburrimiento, no me ha quedado otra que interponer una tableta entre cara y techo de la que leer más o menos desordenadamente. Uno de los volúmenes que ha devorado mi sobrevenida afición por la lectura ha sido Liberalismo, de von Mises.

[Llegado a este punto, me ha dado la sensación de tener que justificar por qué he leído ese y no otro libro. Pero también he sentido que debía hacerlo como si me hubiesen visto apropiándome de unas cremas en un supermercado o saliendo de un lupanar. Así que he optado por no hacerlo, decir que lo he leído porque me ha dado la gana y mandar a quien le parezca mal a freír churros.]