Plagio

He visto que eran de la Rey Juan Carlos y hasta ahí he podido leer

Hojeando la prensa no he podido sustraerme al discreto encanto del titular El ‘pucherazo’ del 36. El texto que encabeza habla, parece, de un libro homónimo en el que se da cuenta del presunto fraude en las elecciones generales de 1936. Los autores, según la entradilla, son [d]os historiadores, [que] tras cinco años de investigación, aportan las cifras y las pruebas del desvío de votos.

Todo bien, más o menos interesante mientras no puedo hacer otras cosas más enjundiosas, hasta que llego al párrafo, tercero, en el que me entero de que los dos autores son de la Universidad Rey Juan Carlos. Y dos cosas me han sucedido automáticamente. La primera, es que he dejado de leer con un gesto entre el asco y el disgusto, como el de que encuentra un pelo en los macarrones.

Sobre las miserias de la universidad

En los últimos años de carrera me metí en política: fui delegado de mis distintas clases y participé como tal, aunque con más oído que voz y más voz que voto, en las discusiones de antaño, muy previas al plan Bolonia, sobre la reorganización del plan de estudios de la licenciatura de matemáticas.

Yo era un chaval que, a falta de la experiencia que da la vida y, supongo, por suplirla, estaba lleno de ideales. Allí aprendí cosas como que los estudiantes, éramos lo peor del mundo. No se atribuían función adicional alguna a la de vetar todo aquello que supusiese un estorbo adicional para alcanzar aquello que a los más les bastaba: el titulito. Si por entonces aún me quedaba alguna, perdí absolutamente y hasta la fecha toda fe en la bondad de las intenciones del movimiento estudiantil (tanto en cuestiones académicas como en las demás, todo sea dicho de paso).

Reescrituras interesadas (de resultados estadísticos más o menos conocidos)

Traigo hoy dos artículos interesantes sobre un mismo tema: la ciencia de datos reescribiendo de manera interesada resultados estadísticos más o menos conocidos, presentando como nuevos los que no lo son del todo y omitiendo interesadamente referecias bibliográficas.

Son este y este (aunque el segundo trata de más temas).

Es muy interesante el concepto de plagio inteligente en oposición al de plagio literal que denuncia el primer enlace.