Pensiones: ¿duros a pesetas?

El exministro de trabajo Luis Martínez Novalha escrito un artículo en El País sobre el sistema de reparto en las pensiones. Como economista que es, defiende su tesis con datos. Comienza calculando las cotizaciones de un _ucrónico _español que hubiera de jubilarse hoy:

[…] yo he hecho un sencillo ejercicio de ucronía consistente en indagar lo que habría ocurrido si en España, en el año 1974, hubiera existido un sistema de capitalización, y un trabajador que hubiera comenzado a trabajar en ese año habría ahorrado en su fondo de pensiones la misma cantidad a lo largo de su carrera laboral (35 años) que la Seguridad Social estableció año a año como base máxima y como tipo de cotización un 28,3%. Ese fondo, que solo invirtió en mercados financieros españoles (Bolsa de Madrid y mercados de deuda) supongo que habría compuesto su cartera de inversión renta fija/renta variable en un ratio 47,4/28,5 y fijó comisiones que entre gestión y depósito se elevaron a un 1,5% sobre el capital acumulado a lo largo de 35 años. En ese caso, y con todos esos supuestos, el trabajador habría acumulado un capital de 479.003,43 euros al que se le mermaron 95.233,50 euros en comisiones (19,88% del capital) que dejaron la cifra disponible para comprar una prima de seguro de rentas vitalicias en 383.769,93 euros.

¿Qué tipo de renta vitalicia puede pagarse con esos 383.769,93 euros? En el Reino Unido los actuarios la estiman en unos 1.000 euros al mes:

Puesto que el trabajador no quiere sobrevivir a sus ahorros (que es lo que le hubiera garantizado un sistema público de reparto hasta su fallecimiento) pide ofertas a compañías aseguradoras acudiendo a un mercado muy desarrollado en esa vertiente del aseguramiento como es el británico (www.find.co.uk) y teclea sus condiciones personales y el capital del que dispone: tiene 65 años, no ha sido fumador, no tiene historial médico con incidentes, tiene una esposa de 63 años a la que a su fallecimiento quiere dejar el 50% de su pensión y desea que las rentas sean escalables con la tasa de inflación (¿acaso no es eso lo que ofrece la Seguridad Social española?). Pues bien, lo que obtiene de las ofertas que se le aparecen en pantalla es una renta vitalicia anual que en media se eleva a 12.024 euros, esto es, 1.002 euros mensuales y 501 euros para su esposa a su fallecimiento.

Sin embargo,

La Seguridad Social española le habría proporcionado por 35 años de cotización en la base máxima la pensión máxima del sistema, esto es, 34.184,50 euros anuales, es decir, 14 pagas de 2.441,50 euros mensuales. La esposa, a su fallecimiento ingresaría 14 pagas de 1.370,75 euros mensuales.

Y a mayor abundamiento,

[…] podemos seguir con la ucronía y volver a preguntar al calculador británico de rentas vitalicias qué capital sería necesario para comprar una prima que le garantizase una pensión vitalicia en las mismas condiciones con las que el sistema público español le proporciona una pensión máxima. Pues bien, el resultado es una cifra en el entorno de los 900.000 euros.

En plata: un trabajador que se jubile hoy obtiene del estado un producto por valor de 900.000 euros a cambio de 383.769,93 euros.

La rosicler moraleja que de estos números extrae el exministro puede consultarla quien lea el último párrafo del artículo arriba citado. La que extraemos nosotros es bastante más inquietante.