Ruido de alarmas, ruido de p-valores; mucho, mucho ruido, tanto, tanto ruido

Me estoy volviendo intolerante al ruido. Y esta mañana (¿qué carajos hago levantado tan temprano?) no había forma de que dejase de sonar la alarma de unos andamios de la plaza, no paraba la batidora del bar desde donde escribo y, encima, esto, esto, esto, esto, esto, esto,…

Son todas noticias relacionadas con la publicación de esto, un artículo que describe un estudio clínico (¡con 84 sujetos!) en el que se comparan dos grupos (uno tratado y otro no) que,

  • antes del tratamiento presentaban diferencias significativas en 3 de 24 pruebas cognitivas y
  • después del tratamiento, presentaban diferencias significativas en… ¡4!

Los p-valores, etc., aun ignorando todo eso de los caminos que se bifurcan, lo que se haya quedado en los cajones, los problemas de homogeneidad de las subpoblaciones, el mísero tamaño muestral, etc., pues eso, bien.

Pero si antes del tratamiento había diferencias reseñables en tres de las pruebas y, después, en cuatro, bien habría motivos para sospechar que solo estamos leyendo ruido, mucho, mucho ruido, tanto, tanto ruido que al final…