Que no, que es imposible esconder medio millón de muertos (y que la cordialidad está de más)

Esta entrada viene a cuento de esta entrada, Cuidado con los estudios científicos que dicen cosas raras, raras en Malaprensa. Que hay que leer para entender lo que sigue.

A ver. No, ese estudio no dice cosas raras. Dice cosas que a los que os ganamos un porcentaje no pequeño del pan contando muertos nos da una mezcla de risa y rabia. Porque en España mueren unas 1000 personas al día (1200-1400 en invierno y 700-800 en verano) y medio millón de muertos de más en 5 años son casi 300 fallecimientos diarios más. Que se notan mucho, muchísimo.

Que la mortalidad bruta ha crecido en los últimos años es sobradamente conocido (véase, por ejemplo, esto); un poco menos, que la mortalidad sigue descendiendo en cada tramo de edad. El que ambos hechos sean compatibles es otra manifestación de la paradoja de Simpson. Estas cosas se saben porque existen sistemas de monitorización de la mortalidad y modelos de mortalidad de todo tipo, desagregados por sexo, tramos de edad, provincias, comunidades autónomas, etc. que se siguen diariamente y porque hay gente que se dedica profesionalmente a ello (véase esto o esto). Si una diferencia de 300 muertos en un día no pasa en absoluto inadvertida, imaginad lo que pasaría con un incremento sostenido de 300 fallecimientos diarios durante cinco años seguidos.

Eso es una barbaridad. Vamos, que canta un huevo. No es algo que puedan de repente revelar unos diletantes. Por muy en el American Journal of Public Health que lo hayan publicado a la mayor gloria de sus sexenios. Por mucho que haya sido revisado por unos pares (diríase, más bien, que primos).

Así que aquí discrepo de la narración, extremadamente cordial, de Josu Mezo en Malaprensa. No, esas barbaridades no aparecen publicadas, casi usando el impersonal, en el American Journal of Public Health. Esas barbaridades las publican y adornarán los currículos en lo sucesivo (salvo que se haga algo al respecto) de sus autores, que son, a saber, Antonio Cabrera de León, Itahisa Marcelino Rodríguez, Fadoua Gannar, Arturo J. Pedrero García, Delia Almeida González, M. del Cristo Rodríguez Pérez, Buenaventura Brito Díaz, José Juan Alemán Sánchez y Armando Aguirre-Jaime, todos ellos adcritos al publiquísimo Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria de Tenerife. Y las sufragan diversos modelos tributarios: el 100, el 303, etc.

Discrepo también del tono de la crítica al artículo, escrita en un academiqués exasperante y feble, que publicó la misma revista en un arrebato de decencia.

Más bien, en eso coincido con Josu Mezo, el artículo debería aparecer pronto en Retraction Watch. Así que si alguien sabe como iniciar el procedimiento…