Reciclar, ¿es siempre y en toda circunstancia lo correcto?

Vaya por delante que quien esto escribe recicla a rajatabla y que hace muchos, muchos años que no ha comenzado un folio blanco limpio. Pero es una postura personal.

El debate sobre el reciclaje, típicamente, se plantea en términos absolutos y maniqueístas: reciclar es, simplemente, bueno y no reciclar es malo.

Pero leyendo cosas diversas este verano, tropecé con un enconado alegato en contra del reciclaje de papel. Al fin y al cabo, no hay nada tan reciclable como la pasta de papel virgen: proviene de árboles y donde hubo uno que se transformó en folios, se puede plantar (y de hecho, se suele plantar) otro. El argumento es más largo y cubre más aspectos del asunto, como el de confrontar los costes totales (incluidos los medioambientales, por supuesto) de usar siempre pasta virgen de la reciclada (a la que se suman también los costes de recogida, etc.).

En lugar de abundar en ello, me voy a limitar en enlazar un informe de la UE acerca de los costes de las diversas alternativas de gestión de residuos (donde el reciclaje es uno de ellos) en diversos tipos de entornos (altas y bajas densidades de población) teniendo en cuenta muchas fuentes de costes (incluido el impacto de las molestias de los camiones de recogida). Es este.

Es largo y prolijo y sería mucho más eficiente que lo resumiese yo a pediros a muchos que lo hagáis por vuestra cuenta. Pero hoy no me apetece generar más externalidades positivas. Solo subrayo que hay mucho gris entre el blanco de reciclar a ultranza y el negro de pasar del asunto.