Un patrón habitual del uso de la estadística en determinadas aplicaciones de las llamadas ciencias sociales
Existen asuntos sobre los que uno lee que se parecen a la situación que describo a continuación:
- Estamos en Zaragoza y caminamos 1 km en dirección noreste.
- Estudiamos si nos hemos alejado de manera estadísticamente significativa de Madrid.
- Unos dicen que sí; otros, que no. Al fin y al cabo, ¿dónde está Madrid? Hay cierta incertidumbre (¿Sol? ¿Límite del municipio? ¿Puerta de Alcalá?) con una variabilidad mayor que el kilómetro recorrido.
- Todo el mundo arrima el ascua a su sardina y, al final, nadie sabe nada.
Uno puede así caminar un kilómetro, luego otro, y luego otro más sin que ninguna caminata sea estadísticamente significativa. Puede uno plantarse finalmente en Barcelona sin haberse alejado jamás significativamente de Madrid.
Pero si uno dice “yo vi a X salir de Zaragoza y llegar a Barcelona en etapas (no significativas) de 1 km, luego es obvio que se ha alejado de Madrid”, lo pueden atacar por acientífico y por dejarse llevar por una forma apriorística y primitiva del denostado sentido común.