Dicen que el brote de inflación que estamos viviendo es atípico (y según algunos, menos preocupante) porque no está generalizada sino concentrada en un número pequeño de productos.
Trae The Economist en su número del 6 de noviembre (de 2021) un artículo al respecto que tiene cierto interés estadístico. Comienza comparando la inflación de ahora con la de otros años donde el incremento de los precios fue, de acuerdo con cómo se computa tradicionalmente la inflación, igual, a través de la distribución de los incrementos de precios sobre las distintas categorías:
[Esta entrada recoge una serie de notas y reflexiones sobre el asunto del título desgajadas de un proyecto de vídeo que vengo posponiendo varias semanas y que toca el asunto semitangencialmente.]
I.
En muchas disciplinas científicas (y no solo científicas: también, por ejemplo, en la dialéctica de Marx y Engels) existen unos resultados que por algún motivo se conocen tradicionalmente como leyes (p.e., la de la gravitación universal). Haciendo una enumeración rápida de algunas que me saltan a la memoria, constato que ninguna de ellas deja de ser una observación empírica.
He publicado esto en Youtube:
Igual no lo debería haber hecho. Trata del manido tema “alguien ha publicado un artículo científico con serios errores metodológicos”. Que es una versión del más popular
(No hace falta que indique la fuente, ¿verdad? Sabéis que sé que sabéis de dónde lo he sacado, ¿no?)
Lo he hecho únicamente por lo popular que me da la impresión que se ha hecho en las redes sociales, por las lecciones que se pueden extraer para no cometer los mismos errores por ahí y, finalmente, por la contumacia de gente que debería saber más y mejor.
Un título tan largo amerita, como menos, un vídeo igualmente largo,
y un panel de lujo, que incluye a Luz Frías (Circiter), Pelayo Arbués (Idealista) y Alejandro Llorente (Piperlab).
El vídeo existe en lugar de no existir, aparte de por la amabilidad de los participantes en el debate, por la perplejidad que me causa el inesperado cambio de tendencia en el mercado (de la ciencia de datos en España), que ha pasado de un crudo invierno post-pandémico, en el que parecía que la inversión privada se retraía hasta el nihil, a una situación de desbordamiento.
El argumento del artículo Paraísos Fiscales, Wealth Taxation, and Mobility pivota esencialmente sobre el gráfico
que resultará familiar a muchos lectores de este blog (y, si no, mirad esto). Se trata de un estudio causal de libro en el que se pretende medir el efecto de una política ocurrida en 2010 sobre la línea roja y la línea azul.
La política en cuestión es la reintroducción del impuesto del patrimonio en España en 2010 y las líneas azul y rojas… no está claro.
Hace unos días se retractó un artículo sobre la relación entre el tabaco y el covid porque los autores habían omitido cierta presunto conflicto de intereses (los detalles, aquí).
He subrayado la palabra porque en el párrafo anterior: es la más relevante de toda la historia.
No mucha gente sabe que el teorema de Pitágoras es simplemente la proposición 47 de los Elementos de Euclides. Ni a Euclides ni a nosotros nos importa en absoluto si Pitágoras tuvo conflicto de intereses alguno con la industria del cartabón ni con el sindicato de agrimensores.
Es fácil nunca dar con algo que no quieres encontrar: basta con buscarlo donde sabes que no está.
Eso es perfectamente predicable de todos los ensayos de los que tengo noticia para demostrar empíricamente la inexistencia —¡eh!, ¿no habíamos quedado en que que la inexistencia de algo no es demostrable empíricamente?— de ese corolario del teorema de Rolle que se ha dado en llamar curva de Laffer.
Hay que tener en cuenta que en una economía como la española —y más en estos tiempos—, casi el 100% de los agentes económicos operan muy por debajo de ese pico que postulan Laffer y Rolle.
El mejor negocio del mundo sigue siendo —reza el chiste— comprar un argentino por lo que vale y venderlo por lo que dice que vale.
El de la década tiene mucho que ver con la literatura, con la ficción. Consiste en tomar proyectos hechos, semihechos, más o menos disparatados, con o sin sentido de mercado, con o sin asidero con la realidad, que se harían de todos modos, que se descartaron por inviables pero a los que se les puede sacudir el polvo y las polillas, buenos, regulares, malos, vergonzantes, vergonzosos, quijotescos, razonables, fantasiosos, (¿he escrito ya disparatados?
Una de las cosas más provechosas que hice durante el encierro consecuencia de la consabida pandemia fue repasar con detenimiento la lógica matemática. En particular, leyendo meticulosamente de tapa a tapa la Introduction to Mathematical Logic de Walicki.
Una de las cosas más provechosas de la lógica matemática es la diferencia entre formalismos (p.e., la lógica proposicional) y sus distintos modelos, que la representan mejor o peor:
A specification of a domain of objects, and of the rules for interpreting the symbols of a logical language in this domain such that all the theorems of the logical theory are true is said to be a “model” of the theory.
Por motivos que no vienen al caso, he estado investigando estos días de reojo Helium, una cosa muy críptica y cuya página web no ayuda en gran medida a clarificar y cuyas deficiencias esta entrada mía contribuya a rectificar. Esta entrada va a ser larga, dividida en varias secciones y con varias de propedéutica antes de entrar en materia.
Vaya en todo caso por delante que existen varias páginas, además de la de Helium, que describen el sistema muy bien, mucho mejor de lo que podría hacerlo yo, desde el punto de vista técnico (como esta).
Simpson, un viejo amigo de estas páginas, nos enseña, por ejemplo, cómo es posible que los salarios desciendan a lo largo de todas sus subcategorías y que, a la vez, crezcan en promedio en el tiempo. Basta para ello que se reduzca el peso la proporción de los trabajos peor pagados en la economía.
Los institutos estadísticos, a la hora de estimar el índice de precios, son conscientes del problema y elaboran cestas de la compra más o menos ideales (a lo Quetelet) y calculan su precio a lo largo del tiempo.
No cualquier ministerio sino precisamente el de economía (lo subrayo: es muy relevante para lo que sigue) ha colgado de su portal una (propuesta de) Carta de Derechos Digitales para su pública consulta.
Se trata de un documento confuso, en el que se mezclan propuestas que afectan a ámbitos muy heterogéneos, desde el transhumanismo,
[L]a ley regulará aquellos supuestos y condiciones de empleo de las neurotecnologías que, más allá de su aplicación terapéutica, pretendan el aumento cognitivo o la estimulación o potenciación de las capacidades de las personas.
Gráficas que muestran la velocidad a la que varía el PIB como
han sido habituales para representar la evolución de la economía. En particular, porque antes de los espasmos de los últimos trimestres eran más o menos fáciles de intepretar. Pero ahora ya no.
La velocidad es una medida útil en tanto que varía de manera más o menos suave. En momentos de botes y rebotes, es mejor saber dónde se está que a la velocidad a la que uno no sabe si sube o baja.