Pesadumbre e incertidumbre desencadenadas
Hoy escribo afectado por un derrame de pesadumbre. Pero esa es solo una opinión que igual no importa nadie.
Estas del 8 de noviembre han sido las elecciones en que menos y que más caso he hecho de las encuestas electorales. Cansado del cada vez más monótono ciclo de que
- se publican encuestas electorales
- llegan las elecciones y el resultado no se parece en nada a lo dibujado por ellas y
- se reitera el mismo blablablá (en latín se dice excusatio non petita) que unos meses antes
he decidido esta vez dejar de prestar atención a algo que, se ha visto, no ha sido sino ruido. Les he hecho caso, sin embargo, al inclinarme a comprar con ánimo 100% especulativo unas accioncillas que hoy valen el 4% menos que ayer y el 2% menos que cuando las compré. ¡Contento me tienen los científicos de opinión pública y sus benditas batas blancas!