Homo Economicus

Sobre la economía conductual

[Esta entrada recoge una serie de notas y reflexiones sobre el asunto del título desgajadas de un proyecto de vídeo que vengo posponiendo varias semanas y que toca el asunto semitangencialmente.]

I.

En muchas disciplinas científicas (y no solo científicas: también, por ejemplo, en la dialéctica de Marx y Engels) existen unos resultados que por algún motivo se conocen tradicionalmente como leyes (p.e., la de la gravitación universal). Haciendo una enumeración rápida de algunas que me saltan a la memoria, constato que ninguna de ellas deja de ser una observación empírica. Al menos, en su origen.

Homo politicus < IQ < homo economicus

Lo del homo economicus ya no está de moda. Ahora pega más fuerte lo del homo politicus (y otros homos caracterizados por actuar como quien no completó el bachillerato con aprovechamiento).

No obstante, parece no todos los homos son iguales: unos se parecen más al economicus; otros, al politicus. Y ahora parece que el coeficiente intelectual tendría algo que ver con eso.

Nota: encuentro ridículas las críticas a la economía (particularmente, a :qla microeconomía) basadas en su acreditada incapacidad para predecir el comportamiento humano por su tendencia a alejarse del esperado en un homo economicus. No, no va de eso. No va de predecir el comportamiento humano. Para eso ya tenemos otras disciplinas ad hoc. Va de cómo un agente racional descubre en otro que lo es menos un imbécil al que separarlo de su dinero.

Los ingleses me descolocan

Los ingleses me descolocan. Hace unos días me enteré de una propuesta de George Osborne, el ministro de hacienda del Reino Unido, que se conoce como shares for rights o acciones a cambio de derechos. Consiste esencialmente en ofrecer a los empleados la opción (nunca la obligación) de recibir una recompensa económica a cambio de que renuncien a una serie de derechos laborales.

Nótese que se trata de una opción. Y tener opciones es bueno. Al menos, para homines œconomici.