Números

Los finalistas del Desafío AbreDatos 2011

El Desafío AbreDatos 2011 es un concurso que se celebró los días 7 y 8 de mayo para el desarrollo exprés (¡en 48 horas!) de servicios tecnológicos para el ciudadano basados en el uso de datos públicos. Los finalistas son:

  • AbreLibros
  • Presupuestos CCAA
  • TrikTrack
  • El Disparate
  • La lista de la compra
  • Aquí os quedáis
  • Cómo está el panorama
  • e.nergy

Invito a los lectores de este blog a participar en la votación, que está abierta hasta el 29 de mayo, y, tal vez, a animarse a participar en las próximas convocatorias.

Terrorismo y sesgos en la percepción de la improbabilidad

En el Financial Times del 3 de mayo aparece un artículo de Gideon Rachman que es de los pocos que merece ser leído sobre el fatigoso y como se verá poco relevante tema de la muerte de Bin Laden. Y es interesante —y relevante para los lectores de esta bitácora— porque toca un tema del que ya nos hemos ocupado y que seguro que revisitaremos: el de las probabilidades subjetivas y, en particular, el de las distorsiones con las que los seres humanos percibimos y calibramos probabilidades pequeñas.

¿Cuánto cuesta criar un buey?

Por ser viernes, por estar aún de vacaciones en un país famoso por sus vacas y porque mis lectores estén al tanto de una bitácora que no hay que perderse —que es de la que extraigo las dos imágenes que aparecen a continuación—, va una de bueyes.

Primero una foto:

¿Cuánto petróleo necesita un buey para criarse?

En ella, aparece un buey de 567 kg. llamado Grandview Rebel junto a unos barriles que representan el petróleo que ha requerido criarlo: 1.071 litros. Cada kilo de carne de buey necesita 6,25 litros de petróleo. Eso explica la siguiente gráfica,

Canadá 1 - EE.UU. 0

Desde esta bitácora hemos seguido siempre con suma atención las iniciativas públicas de diseminación de datos. Tal vez por ver si cunde el ejemplo en nuestras latitudes.

Al rol de gobiernos concienciados en la importancia de contar con un portal desde el que centralizar esta fundamentalísima función democrática se ha sumado recientemente Canadá, que ha seguido los pasos de su metrópoli .

Sin embargo, es triste tener que dar noticia en estas páginas de que uno de los proyectos más sólidos y de mayor alcance está en peligro: menos de 10 centavos de dólar cuesta a cada estadounidense su data.gov y aun así va a caer víctima de los recortes presupuestarios. Es difícil abundar en el tema sin realizar valoraciones políticas (a las que esta bitácora quiere mantenerse ajena).

¿Nos leen (y más) en El País?

Pues no lo sé. Es imposible probarlo o refutarlo sin realizar el par de llamadas que no haré. Pero leyendo el reportaje Aquí no caben todos del día 10 de abril firmado por Ramón Muñoz sobre las fabulosas cotizaciones bursátiles potenciales que se atribuyen a las redes sociales, tropecé con el siguiente párrafo:

Para hacerse una idea de este desajuste, si aplicáramos el mismo multiplicador ingresos/valoración de Facebook a Telefónica, la operadora española valdría en Bolsa 1,82 billones de euros (frente a los 81.700 millones a los que cotiza realmente), es decir, cuatro veces más que toda la capitalización bursátil de las 35 empresas del Ibex juntas. Con la diferencia, además, de que Facebook, que vive de la publicidad como muchas de las nuevas firmas, no factura directamente (ni tiene previsto hacerlo) ni un dólar a ninguno de los 600 millones de usuarios que tiene en el mundo, mientras que la operadora española cobra religiosamente la factura cada mes a sus 287 millones de clientes.

¡Qué prensa tan mala!

Al autor de estas páginas se le cae la baba con las infografías del New York Times (¿sabéis que en ese periódico usan R?) y de The Guardian. Y esperaba, ¡qué menos!, algo si no ya similar, al menos sí decente del, dicen, más serio de los periódicos españoles.

Pero hoy se me ha caído el alma a los pies. Fijáos, fijáos lectores:

¿Veis cómo los porcentajes no tienen nada que ver con las cifras absolutas? Comparad Europa con Oriente Próximo. O con Oceanía. ¿Alguien entiende algo?

A esa gente le había hecho falta un matemático

A esa gente le había hecho falta, en efecto, un matemático. Les hubiera bastado saber mi número de teléfono y no habrían cometido tamaña tontería y habrían tenido a sus accionistas más satisfechos. Explicaré el asunto. Será muy instructivo para quienes opinan que no valemos para gran cosa.

Hace mucho, mucho tiempo, tanto que las neuronas que se acuerdan de eso están llenas de polvo, en un país muy, muy lejos de éste, trabajé en un proyecto cuya naturaleza no viene al caso. Sí que lo hace el que habían codificado el campo identificador de los contratos en su base de datos con un CHAR(26). Sí, efectivamente, usaban veintiséis caracteres para identificar un único contrato.

Economía y estadística en la Reserva Federal

El grupo de investigación y estadística de la sede de la Reserva Federal en Nueva York ha iniciado un encomiable proyecto de divulgación: una bitácora en la que presentar con un lenguaje accesible los asuntos sobre los que trabajan. Además, y según sus propias palabras, aspiran a entablar un diálogo con sus lectores participando en los debates que se abran en la sección de comentarios.

Además de promover esta bitácora, la Reserva Federal quiere estar presente y acudir a donde están los ciudadanos a los que sirve: está en YouTube, Twitter, etc.

Por la apertura de los datos públicos

En navegaciones sin rumbo por internet di con una asociación con un proyecto muy prometedor, Pro Bono Público. Aunque no he tenido la ocasión —todavía— de contactar con ellos, creo que los lectores de esta bitácora compartirán conmigo el interés por esta iniciativa.

Además, aquéllos de mis lectores que tengan más tiempo y arte que yo —y estoy pensando en concreto en una muy fiel seguidora que tiene buena mano para estas cosas— puede que quieran participar en el Desafío Abredatos 2011, que se celebrará próximamente bajo su patrocinio.

¿Dónde obtengo mis datos? ¡Pregunta!

Se ha hablado mucho de la avalancha de la información, de la web semántica, del gobierno abierto, del acceso libre a los datos, de compartirlos, etc. Pero a la hora de la verdad, ¿dónde puedo obtener los datos que necesito aquí y ahora para un fin concreto?

La respuesta no es sencilla. Por supuesto, tienes los buscadores. Hay información que uno sabe que consta en el INE o tal vez en las páginas de un determinado ministerio u organismo público. Tal vez puedes llamar a ese amigo tuyo que tal vez lo sepa.