Estadística para periodistas y escritores

Hace tiempo, mucho ya, decidí que no me interesaba desarrollar una carrera dentro de la academia. Pesó en la decisión el hecho de que entre las cosas punteras, entre el estado del arte a cuyo progreso se dedican nuestras universidades y lo que de ellas absorbe la sociedad (léase: empresas, instituciones oficiales, la prensa, el vulgo) mediaba una extensa tierra de nadie en la que poder plantar mi alegórica tienda.

Esta brecha entre lo que se sabe y se hace en unos cuantos doctos despachos y lo que sucede en el resto del mundo pudiera ser más excusable si la materia discutida fuese la física subatómica o las particularidades sintácticas de la lengua de los etruscos. Pero tratándose de una disciplina que nos enseña a entender lo que ocurre por el mundo y en nuestra propia sociedad; que rige las causas y consecuencias de las decisiones que toman nuestros políticos; que se plasma, queramos o no, en las páginas de los diarios que leemos y los noticieros que vemos en televisión, uno desarrolla por dentro un cierto sentido de urgencia.

En Inglaterra, donde en estas y muchas otras cosas están más avanzados, la Royal Statistical Society, en lugar de limitarse a seguir rutinariamente las exigencias mínimas de sus estatutos, ha lanzado getstats, una campaña ambiciosa para fomentar el conocimiento de la estadística por parte de la sociedad. Como reza su página:

Los números están en todas partes. Pero casi nunca llegamos a comprenderlos, incluso cuando son esenciales para tomar decisiones importantes en nuestras vidas.

La campaña getstats quiere cambiar esto, quiere dotar a todo el mundo de las herramientas y la confianza para usar los números bien.

Si no, como individuos y como sociedad, seguiremos perdiendo oportunidades.

Uno de los ámbitos en los que la RSS quiere actuar de oficio es en el del periodismo. De su esfuerzo da fe el siguiente vídeo de una conferencia en la escuela de periodismo de la BBC:

En otro sitio he encontrado también una lista (no llega ni a la envergadura de curso) de recursos básicos de estadística para periodistas y escritores. Me gusta porque sin abandonar un nivel expositivo llano y claro, aborda valientemente los aspectos más conflictivos de la materia: leánse por ejemplo, los caveats que plantea al uso de la media y otros estadísticos.

Y en España (y repúblicas hermanadas por la lengua), ¿cuándo saldrán a la calle nuestras organizaciones estadísticas? ¿Cuándo dejarán oír su voz crítica?