"Mi argumento no era científico, sino empírico"

En El triunfo de los descerebrados escribe Javier Cercas una frase que le vale no tanto la fama como una mención veraniega en mis páginas. Es la que titula la entrada y que no voy a comentar más.

No habría seguido leyendo de no haber advertido que el asunto es material de blog, en esta época en la que tan corto ando de motivos, y me habría perdido otro parrafito,

Como no soy arúspice ni científico social, mi argumento no es que tal cosa vaya a ocurrir; mi argumento es que, como la política no es una ciencia, tal cosa puede ocurrir. Mi argumento es que, bien manejados por el rencor, las mentiras y el sentimentalismo de los demagogos, incluso los países más civilizados pueden votar contra sus propios intereses. Mi argumento es que, en política como en todo, la irracionalidad es mucho más poderosa que la racionalidad.

en el que se da a entender implícitamente que la ciencia solo valdría para analizar fenómenos racionales. Algo que tampoco voy a comentar más.