¿Qué hay de malo en gorronear investigación básica?

El artículo Endogenous Technological Change de Paul Romer (nóbel de economia de este año) ofrece algunas pistas sobre la relación entre investigación (o I+D o como quiera llamarse) y desarrollo económico. En él se lee (con mi subrayado):

Rivalry and excludability are closely linked because most rival goods are excludable. (A parking space in a shopping center parking lot is an example of a good that is effectively nonexcludable because the cost of enforcing excludability is too high relative to the value of the good.) The interesting case for growth theory is the set of goods that are nonrival yet excludable. The third premise cited in the Introduction implies that technology is a nonrival input. The second premise implies that technological change takes place because of the actions of self-interested individuals, so improvements in the technology must confer benefits that are at least partially excludable. The first premise therefore implies that growth is driven fundamentally by the accumulation of a partially excludable, nonrival input.

Así que existe ciencia básica por un lado (non-rival, nonexcludable) que vale para lo que vale (pero que la hace un chino en China, la publica en un artículo y todos nos podemos beneficiar de ella) y luego la investigación que se hace a puerta cerrada, que da derecho a una explotación económica y, en definitiva, es la base del desarrollo económico.

Alrededor de esa distinción clara puede construirse un argumento de peso según el cual, un país mediano/pequeño como España se beneficiaría de una política científica encaminada al gorroneo masivo de investigación básica (¡que hagan ciencia básica otros!), la que genera corolarios, a la vez que hace hincapié en el otro tipo de I+D, el que genera euros.

En ese contexto, parecen sumamente confusos alegatos tales como este (realizados por economistas profesionales, además) en el que se cita a Romer para, precisamente, exigir ciencia de la nonexcludable. Sospecho que son parte interesada y que moviendo la mano más rápido que el ojo, llevan la bolita al lugar del que salen sus subvenciones.

Romer en mano, I+D debería depender del ministerio de economía (o industria) a la vez que un presupuesto menguante (recuérdese: no queremos crear, queremos gorronear) para lavarnos la cara y mantener un rescoldo semimuerto de investigación básica podría ser mantenido por el ministerio de educación, cultura y esas otras cosas ornamentales.