Economía

Sentido de la proporción

Es el segundo de los síntomas de naïveté económica discutidos aquí. Que, por supuesto, no se circunscribe a discusiones de naturaleza económica. Recomendadísimo.

¿Qué hay de malo en gorronear investigación básica?

El artículo Endogenous Technological Change de Paul Romer (nóbel de economia de este año) ofrece algunas pistas sobre la relación entre investigación (o I+D o como quiera llamarse) y desarrollo económico. En él se lee (con mi subrayado):

Rivalry and excludability are closely linked because most rival goods are excludable. (A parking space in a shopping center parking lot is an example of a good that is effectively nonexcludable because the cost of enforcing excludability is too high relative to the value of the good.) The interesting case for growth theory is the set of goods that are nonrival yet excludable. The third premise cited in the Introduction implies that technology is a nonrival input. The second premise implies that technological change takes place because of the actions of self-interested individuals, so improvements in the technology must confer benefits that are at least partially excludable. The first premise therefore implies that growth is driven fundamentally by the accumulation of a partially excludable, nonrival input.

Guasa tiene que habiendo tanto economista por ahí tenga yo que escribir esta cosa hoy

Tiene que ver mi entrada de hoy con Why did Big Data fail Clinton?, que trata de lo que el título indica: toda la tontería que se ha escrito de Cambridge Analytica. Enlazo todo lo demás, por otro lado, con el nóbel de economía de 2016 (Hart y otro).

¿Por qué? De acuerdo con lo que muchos han escrito, una empresa de siete friquis en el Reino Unido con acceso a los likes de 50000 donnadies y poco más tienen poder para quitar y poner reyes con unos cuantos clicks. Poco menos que en sus manos está el hacer periclitar, si no occidente entero, al menos, sí sus democracias. (Que es un relato sumamente interesado: ¿cómo justificar, si no, todo el tinglado de la GDPR?)

Liberalismo: los axiomas y sus corolarios

Una malhadada fisura en la rótula me ha tenido boca arriba más horas de las habituales durante el último mes. Por evitar el aburrimiento, no me ha quedado otra que interponer una tableta entre cara y techo de la que leer más o menos desordenadamente. Uno de los volúmenes que ha devorado mi sobrevenida afición por la lectura ha sido Liberalismo, de von Mises.

[Llegado a este punto, me ha dado la sensación de tener que justificar por qué he leído ese y no otro libro. Pero también he sentido que debía hacerlo como si me hubiesen visto apropiándome de unas cremas en un supermercado o saliendo de un lupanar. Así que he optado por no hacerlo, decir que lo he leído porque me ha dado la gana y mandar a quien le parezca mal a freír churros.]

Causalidad: malo lo uno, pero tampoco bueno lo otro

Leo en Las causalidades en Economía a Manuel Alejandro Hidalgo dignándose a dar réplica al panfletillo Curva de Laffer: Montoro bajó por fin el IRPF… y recaudó un 6% más.

El último no cuenta apenas más que lo que anuncia en su titulo. El primero quiere enmendarle la plana, pero al hacerlo escribe frases tan chirriantes como:

Insinuar que gracias a la bajada del IRPF por Cristóbal Montoro los ingresos por este tributo se incrementaron en un 6,5% exige, cuando menos, un Trabajo Fin de Máster y de los buenos. Exige muchas semanas de trabajo y mucha econometría, por no decir que exige de un modelo de tu economía que te ayude a manejar de un modo ordenado las ideas, las relaciones causales.

Brechas salariales: así las calcularía yo

He visto N estimaciones de las brechas salariales (de género) con resultados de lo más variado. En algunos casos he podido estudiar los métodos utilizados y, la verdad, dan grima (cosas con tufo econométrico viejuno y demás).

Y me refiero, particularmente, a aquellos métodos que analizan la pregunta interesante: ¿hay igualdad de salario a igualdad de méritos? Hay publicaciones que llaman brecha a otra cosa (masa salarial dividido por sujetos), que no merece ni ser comentada aquí.

Reflexiones bayesianas al hilo del manido: "Independientemente de su ideología, los economistas suelen estar de acuerdo en que..."

Podría hacerse un ránking de disciplinas académicas según el grado de acuerdo entre quienes las cultivan. Supongo que lo lideraríamos los matemáticos. Salvo los constructivistas y esos raritos que dan por malo el axioma de elección, no contamos con familias heterodoxas. En el otro extremo, aventuro, se ubicarían los que hacen crítica literaria y políticas. Pero, seguro, dentro de las ciencias humanas, los economistas quedarían en bastante buen lugar.

Así que si aceptáis mis premisas (postmisas: vienen después), tendréis que conceder también que este fenómeno es corolario del teorema de von Mises:

¿Que no suben los salarios?

Hoy me he desayunado con El último misterio de la economía: ¿por qué no suben los salarios? Y me ha parecido una noticia muy rara.

Porque en nuestro sector los salarios no paran de subir. No hay colega que no haya cambiado recientemente de curro a mejor. Otro me comentaba que vivimos en una burbuja porque, lo razonaba así, hasta el más tonto curra. Y repasé mentalmente una lista de tontos y sí, todos curraban. No pude no darle la razón.

Redes sin neutralidad de red que funcionan tan ricamente

Existen muchas redes de distribución. La red vial es una de ellas. La de pan, leche y huevos, otra. La de electricidad. La telefónica. Y la de paquetes de datos internet.

Prácticamente ninguna se rige por principios de neutralidad de red. En la viaria, no es solo que los vehículos no puedan circular por donde y cuando quieran, sino que existen restricciones como el carril bus, el Bus Vao, lo que se perpetra diariamente en la Gran Vía de Madrid durante el periodo navideño, etc. y se aplican excepciones para los vehículos eléctricos y los conducidos por gentes con habilidades distintas de otros o como quiera que se los denomine el año en que leas esto. Y se hace para que el tráfico sea más fluido y en pretendido beneficio de todos, no para lo contrario.

¿Una perspectiva económica del lenguaje?

La gente cuyo campo de interés es el lenguaje lo ha hecho tradicionalmente de manera discursiva (blablablá, diríase), donde casi todo vale con tal de que esté escrito con un poco de gracia. Solo recientemente (hablamos de unas pocas décadas) han comenzado a usar herramientas computacionales.

Lo que se echa de menos y sobre lo que hay muchísimo menos escrito es de la relación entre el lenguaje y la economía. Una disciplina sobre la que los lingüistas que he conocido muestran y manifiestan tanto desdén como desconocimiento.