Graficaca 2.0
Hace casi veinte años, cuando tomaba mis lecciones de conducción, el profesor de la autoescuela —a la sazón, mi tío— pronunció una frase que aún me persigue. Todavía hoy, casi veinte años después, me ocurre que, inopinadamente, me abstraigo del mundo y la pondero. Y sigo sin saber por dónde agarrarla. Lo que aquel día dijo mi tío tras levantar la cabeza del Marca (y mientras yo me afanaba por aparcar en batería en un costado de la ciudad universitaria de Zaragoza) fue lo siguiente: “La quinta del Buitre le ha hecho tanto bien como mal al Real Madrid”.