Acceso y reutilización de datos públicos

Las leyes son un carajal. Últimamente he tenido que enfrentarme a algunas y me doy cuenta de que es un error que los abogados (y los legisladores) no hayan seguido nunca un buen curso de geometría euclídea.

Pongo un ejemplo. La Constitución Española (artículo 22) dice que las asociaciones deberán inscribirse en un registro a los solos efectos de publicidad. Pues bien, parece ser que una asociación, y nos ocurrió con la Comunidad R Hispano no es legal (para poder abrir una cuenta corriente, por ejemplo) de no inscribirse en el registro. ¿Pero no era a los solos efectos de publicidad? ¿Son lo mismo publicidad y legalidad?

En fin.

Hoy me toca volver a hablar de leyes y de cómo afectan a la labor estadística. En particular, a los estadísicos que nos movemos (en términos amplios) por libre los que usamos software libre y a los que nos encantan los datos libres. A los que nos gusta poder enriquecernos de las aportaciones de otros libremente y ponemos también libremente al servicio de la comunidad las propias.

Desde el punto de vista del software, disponemos de R. Podemos acceder a él y podemos reutilizarlo, copiarlo, cederlo, regalarlo. También cedemos, distribuimos y permitimos que otros reutilicen nuestras propias aportaciones. Acceso y reutilización son dos caras de la misma moneda.

¿Y respecto a los datos? Y en particular, ¿de los datos públicos? En España, está regulada por ley su redistribución (otra cosa es que los organismos titulares de dichos datos, como el INE, no estén al corriente de ella). Y ¿el acceso (que se supone que debería ser, en pura lógica, previo)? Pues hubo un borrador, del que hablé en otra ocasión, y que los avatares electorales convirtieron en papel mojado.

Pero ahora el gobierno ha sacado definitivamente a la luz (desde las cinco de la tarde de ayer) un nuevo borrador de la Ley de Transparencia con la particularidad adicional de que ha puesto a disposición de la ciudadanía un portal para que esta pueda realizar alegaciones y propuestas de mejora.

Por eso, desde estas páginas, quiero invitar a aquellos interesados en los datos públicos y en garantizar el acceso a los datos públicos tanto para él como para las generaciones posteriores, que lean el borrador, evalúen en qué medida salvaguardan su derecho de acceso a esos ficheros csv tan jugosos estadísticamente y que, de observar cualquier indicio de mejora, hablen ahora o callen para siempre (y no den el coñazo, con perdón, después).

Nota: el día 26 acudí al acto de inauguración del portal tuderechoasaber.es que facilita a los ciudadanos la solicitud de información al amparo de esta ley en ciernes. Invito a los lectores de esta bitácora a visitarlo y aprovecharlo y, a la vez, quiero felicitar (y a la vez agradecer) a David Cabo (@dcabo) y el resto del equipo que ha puesto en marcha dicho proyecto por su capacidad de iniciativa, trabajo y vocación de servicio público.