Simpson sobre la desigualdad

Simpson, un viejo amigo de estas páginas, nos enseña, por ejemplo, cómo es posible que los salarios desciendan a lo largo de todas sus subcategorías y que, a la vez, crezcan en promedio en el tiempo. Basta para ello que se reduzca el peso la proporción de los trabajos peor pagados en la economía.

Los institutos estadísticos, a la hora de estimar el índice de precios, son conscientes del problema y elaboran cestas de la compra más o menos ideales (a lo Quetelet) y calculan su precio a lo largo del tiempo.

Para analizar la evolución del nivel de salarios propiamente (o, al menos, análogamente) habría que mantener fija una cesta del mercado laboral, es decir, suponer constantes las proporciones de trabajadores en cada una de las categorías laborales, y analizar en el tiempo su coste laboral. Si no, aplica lo de las churras y las merinas.

En el ámbito de la medición de la desigualdad y la pobreza sucede algo muy parecido y lo cuenta muy bien este vídeo:

Todo lo de arriba subraya, de nuevo, cómo el método son las conclusiones. Expresado perifrásticamente, cómo gente distinta, con ideología diferente puede observar los mismos datos y llegar a conclusiones opuestas simplemente optando por cualquiera de las muchas opciones que ofrece la panoplia metodológica.